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El Puerto

Una Feria vale más que mil palabras

  • La fiesta del Vino Fino es una excelente oportunidad de mostrar al exterior la capacidad creativa y organizativa de El Puerto

Según Reputation Institute, la reputación de una ciudad es clave en la atracción de nuevas inversiones, la retención del talento y la promoción turística, al mismo tiempo que facilita la diplomacia pública con decisores y autoridades de otros municipios.

Esta misma entidad elabora cada año el City RepTrack, un estudio internacional sobre la reputación de las principales metrópolis del mundo. Este informe distingue tres variables que influyen en la imagen que tenemos de una ciudad: su calidad de vida, la eficiencia de sus instituciones y su nivel de desarrollo. Tres factores presentes en las fiestas propias de cada localidad.

De este modo, la Feria de El Puerto, aparte de un excepcional momento del año para disfrutar con familia y amigos, supone una excelente ocasión para destacar los atributos positivos locales y reforzar así la posición de El Puerto para generar nuevas fuentes de ingresos. Una inmejorable oportunidad de diferenciación en un contexto altamente competitivo en el que los diferentes destinos turísticos invierten en mejorar su promoción y comercialización a través de la imagen que proyectan al exterior.

Así, la Feria resalta la capacidad organizativa de las instituciones locales, tanto desde el punto de vista artístico, en la configuración de un recinto atractivo y vistoso, como desde una perspectiva técnica, en la coordinación del importante equipo humano involucrado en un evento de tales dimensiones.

El conjunto artístico que implica una feria requiere una decoración e iluminado extraordinarios. Prueba de ello es la importancia que las ferias de Andalucía le dan a su portada, como elementos representativos de las mismas. De ahí el acierto de contar una portada emblemática y reconocible en toda España como es el Toro de Osborne, que incrementa la visibilidad y alcance de la Feria de El Puerto.

Siguiendo en el terreno artístico, la Feria supone además un escaparate para el talento local. Cantantes, diseñadores de trajes de flamenca, academias de baile o pintores de la ciudad que plasman la Feria en sus carteles. Ellos deben tener un espacio protagonista como valores indiscutibles de la idiosincrasia de El Puerto.

Si pasamos al lado más técnico, los servicios locales pueden ser una demostración de solvencia. Servicios de limpieza eficientes, cuerpos de seguridad y emergencias rápidos y coordinados o una red de transportes capaz de dar cobertura a miles de personas que se desplazan al recinto ferial. El buen desarrollo de la Feria puede avalar la capacidad de El Puerto de albergar otros eventos de calado.

Otro factor a reseñar es el compromiso con el medio ambiente. La apuesta por una correcta separación de residuos o el ahorro energético con la utilización de bombillas LED pueden ser grandes valores que refuercen una imagen de ciudad preparada para los actuales desafíos en sostenibilidad.

La Feria es también una excelente oportunidad para la diplomacia pública. Esta es una de las razones por la cual nuestra Feria se dedica cada año a otros municipios. Un pretexto para estrechar lazos e identificar nuevos proyectos en beneficio de la ciudadanía. De ahí la importancia de que existan espacios y momentos para este tipo de reuniones empresariales e institucionales.

Reuniones que, desde la austeridad que reclaman los tiempos actuales, deben responder a un plan estratégico de posicionamiento. Un programa de reuniones con operadores turísticos, empresarios o gestores de grandes eventos que puedan comprobar de primera mano la capacidad organizativa de la ciudad.

Del mismo modo, la Feria es el contexto perfecto para estrechar la relación con medios de comunicación y líderes de opinión digitales. Una experiencia positiva como la Feria crea un vínculo que puede generar futuras apariciones mediáticas.

Otro de los puntos fuertes de la Feria sería la gastronomía. Una excusa perfecta para reivindicar, por ejemplo, la excelencia de los vinos de las bodegas portuenses. Productos locales que deberían estar presentes en todas las casetas, optando por ellos antes que por otros de localidades cercanas.

Estas mismas casetas son reflejo de una masa social activa e implicada con la ciudad. Es el caso de asociaciones, hermandades o partidos políticos que montan sus propias casetas para el mayor lucimiento de la Feria. Una masa social que también acude al recinto a divertirse. Su comportamiento y civismo influyen igualmente en la imagen de El Puerto. Por tanto, es importante promover actitudes acogedoras con los que nos visitan y que los más jóvenes se diviertan de forma segura y civilizada.

Todos estos factores impactan de forma directa en la percepción externa. Por tanto, a pesar de la fuerte inversión que supone la organización de la Feria, el retorno en términos de visibilidad exterior está asegurado. Siempre y cuando la excelencia en la organización vaya acompañada de un plan de relaciones institucionales y adecuadas acciones de comunicación que saquen el mayor partido posible a una fiesta que, bien aprovechada, contribuye a colocar a El Puerto en una mejor posición para el futuro.

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