El equipo de gobierno está sopesando la posibilidad de reabrir al tráfico una parte de la plaza de España, en concreto el pasillo comprendido entre la calle Vicario y la calle Santa Lucía, el nexo más directo entre las zonas centro y sur de la ciudad.

Como se recordará la plaza de España se cerró al tráfico a finales del año 2009, con motivo de las obras de peatonalización incluidas en la quinta fase del proyecto Urbanismo Comercial, cofinanciado entre la Junta y el Ayuntamiento. La medida incluía también la peatonalización de la calle Pagador, entre la plaza de España y la Plaza de Toros.

Prácticamente desde el final de las obras, en 2010, han sido muchas las voces que han pedido que la zona, al menos parcialmente, se reabra al tráfico rodado, ya que en estos momentos quienes se dirigen desde el centro de la ciudad hasta la zona sur deben dar un gran rodeo subiendo por la calle San Juan y bajando de nuevo por San Sebastián hasta Santa Lucía, o bien hacerlo por la avenida de Sanlúcar o por la Ribera del Marisco y la avenida Micaela Aramburu. Hace ya más de cinco años que comerciantes y vecinos del centro emprendieron una campaña de recogida de firmas, solicitando la reapertura al tráfico de dicho pasillo, aunque hasta el momento la medida se había descartado por razones técnicas. Entre otras cosas, el firme de la plaza no está preparado para soportar la carga de tráfico diario, ya que no hay que olvidar que incluso el paso diario de los vehículos con garajes autorizados en la plaza provocó hace algún tiempo el deterioro de parte del suelo, que tuvo que ser reparado en la zona más cercana a la calle Pagador.

El debate se ha reabierto con la llegada del nuevo equipo de gobierno, una de cuyas fuerzas integrantes, el PSOE, llevaba esta medida en su programa electoral. El alcalde, David de la Encina, reconoce que en estos últimos meses se ha debatido este asunto desde la Concejalía de Comercio con las diferentes asociaciones, "pero hay división de opiniones y no hay informes técnicos aun como para tomar una decisión", dijo.

Lo que sí quiso aclarar De la Encina es que a pesar de que personalmente él estaría a favor de la medida, "como gobierno no tomaremos una decisión como esta sin antes consensuarla con todas las asociaciones de comerciantes, vecinos y agentes de movilidad. No hay nada decidido aún", aseguró.

La propuesta del alcalde pasa por abrir un pasillo al tráfico desde Vicario a Santa Lucía, y otro hasta la calle Palacios, aunque insiste en que "al no existir consenso, no la vamos a adoptar".

No obstante, y por si acaso, colectivos como Ecologistas en Acción ya han querido dejar claro su absoluto rechazo a esta medida que se baraja. Para este colectivo "en la actualidad esta plaza es un elemento centralizador de actividades culturales, comerciales, recreativas y de mestizaje social, lo que la hace un espacio amable y muy habitable".

Los ecologistas no entienden "cómo se plantea adoptar una medida que además de alterar la estética y funcionalidad de esta plaza, choca frontalmente con el espíritu y la letra del Plan de Dinamización Comercial y Revitalización del Centro Histórico, desarrollado urbanísticamente durante el periodo de 2007 a 2012 y del Plan de Movilidad Sostenible y Accesibilidad. Ambos planes fueron incorporados al vigente PGOU y contaron con el consenso de los agentes políticos, sociales, económicos y ciudadanos, que participaron tanto en el Consejo Consultivo por la Movilidad Sostenible y Accesibilidad como en la mesa de participación del PGOU sobre 'Modelo Urbano y Movilidad'.

En el lado contrario a esta postura, los comerciantes con establecimientos ubicados es esa zona de influencia aseguran haber perdido volumen de negocio desde el cierre de la plaza al tráfico rodado, siendo este por ejemplo el caso de algunos establecimientos de las calles Palacios (que ha quedado convertida en un fondo de saco), Santo Domingo o Santa Lucía. Incluso el párroco de la Prioral ha solicitado la reapertura al tráfico de parte de la plaza.

Es cierto que la tendencia natural en las ciudades de todo el país es ir hacia la peatonalización progresiva de los centros urbanos, aunque en el caso de El Puerto esta tendencia nunca ha estado bien resuelta. Las progresivas peatonalizaciones se hicieron sin tener previamente diseñado un buen plan de tráfico y unos espacios adecuados destinados al estacionamiento, por no hablar del más que regular funcionamiento de la red municipal de autobuses, que no invita a utilizar este medio como fórmula habitual de transporte hacia el centro, como sí ocurre en otras muchas localidades. Tampoco la red de carriles bici está bien planteada, con recorridos que se cortan abruptamente y que no llegan hasta el centro histórico de la ciudad, obligando a los ciclistas a circular por la calzada o por zonas peatonales, con el consiguiente peligro.