"Un 15 % mayor que el año pasado, aunque sin datos definitivos de caja". Recién finalizado el mes de agosto, hosteleros consultados por este periódico estiman que la afluencia de público ha crecido de forma notable, aunque evitan lanzar las campanas al vuelo, ya que siete años ininterrumpidos de bajón económico no se arreglan en una sola temporada de verano. "No hemos vuelto a las ventas de hace siete años, pero vamos camino de ello después de la travesía del desierto". La frase positiva de Ángel Lozano, propietario del bar Santa María, expresa de forma gráfica la situación: "Esperemos que la mejoría sea perdurable en el tiempo y no sea un espejismo".

No es que se haya vuelto a la situación anterior a 2008, que algunos consideran que nunca volverá, pero todo indica que esta temporada de verano puede marcar un cambio de tendencia. En primer lugar, influye un hecho no deseado: la situación geopolítica de inestabilidad, guerra abierta o crisis política existente en gran parte de los países del Mediterráneo; en segundo lugar, el regreso de veraneantes nacionales, consecuencia en parte de la imposibilidad de viajar a esos países, aunque también de la disminución de recursos económicos para plantearse unas vacaciones en el extranjero. A estas causas externas hay que sumar otras causas más domésticas, las climatológicas: el hecho de que las temperaturas hayan sido bastante altas durante el mes de agosto, "ha sacado a la gente a la calle", tal como manifiestan algunos hosteleros. También en el mes de julio se ha producido un incremento de actividad, que algunos profesionales cifran en un 25%.

Naturalmente, han influido igualmente eventos puntuales de gran repercusión mediática, como la corrida del torero Sebastián Castella, que ha favorecido la venida de muchos franceses, un turismo muy independiente que históricamente ha sentido predilección por El Puerto. El balance positivo ha dado un respiro a la hostelería, al menos a la del centro de la ciudad, de manera que ahora se hace posible pagar facturas pendientes y afrontar con más alegría el mes de septiembre, "que es de un turismo de mayor nivel adquisitivo y más sibarita" como lo describe Ángel Lozano, que afirma que para algunos hosteleros el ambiente de este mes es más gratificante, "ya que hay menos cantidad de gente y puedes prestar más atención al cliente".

La mejora de la situación a nivel turístico es confirmada por otros hosteleros del centro, que matizan no obstante que aunque el verano ha sido mejor, y ha habido más ambiente, "no ha sido como los de antaño". Esto en el haber, aunque en el 'debe' hay que restar el hecho de que la ocupación en los hoteles durante el mes de julio no fue todo lo buena que cabría esperar. La escasez de plazas hoteleras está pasando factura, de manera que según algunos hosteleros "hay un sector del mercado que no viene" y prefieren pasar sus vacaciones en ciudades del entorno donde hay mayor número de hoteles a pie de playa.