Patrimonio histórico | un repaso al estado de los cuadros de la iglesia mayor prioral

Un legado pictórico que desaparece

  • El paso del tiempo y el estado de conservación de la Iglesia Mayor Prioral han ocasionado estragos en sus lienzos La Academia de Bellas Artes Santa Cecilia ha restaurado algunos

El inevitable paso del tiempo, además del estado de conservación de aquellos lugares donde se encuentra albergado el legado cultural de un determinado pueblo, son algunas de las causas principales de la desaparición de manera paulatina de éste. No hace falta desplazarse muy lejos del casco histórico de El Puerto para comprobar in situ este proceso, y es que en la Iglesia Mayor Prioral está ocurriendo algo parecido, aunque no de manera tan alarmante como en otras poblaciones cercanas a la ciudad. Diario de Cádiz se ha trasladado hasta este templo portuense junto a Rocío Vázquez, licenciada en Bellas Artes en la rama de Restauración y Conservación por la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla y máster en Conservación y Restauración de Bienes Culturales por la Universidad Politécnica de Valencia, para conocer el estado de sus cuadros.

Es casi imposible enumerar de manera fidedigna todas aquellas obras pictóricas que se pueden encontrar en esta construcción de finales del siglo XV, ya que además de las que aparecen expuestas al público general por toda su planta, hay muchas otras que permanecen almacenadas en diversos espacios, como al que ha podido tener acceso este medio de comunicación, y que se encuentra ubicado en la Capilla Bautismal, en su lateral derecho. Dentro del mismo es posible apreciar cuadros de grandes dimensiones bastante dañados, donde incluso parte del lienzo se ha desprendido de su marco, en los cuales también se aprecia un mal estado de conservación, pudiendo incluso hallarse restos de carcoma. También se pueden encontrar otros de un tamaño menor, como el de La Virgen de la Angustia, de estilo barroco y que presenta una oxidación de barniz que, a su vez, provoca un oscurecido de las encarnaduras y del paño de pureza de la zona inferior derecha, así como en el fondo, donde es posible apreciar un color pardo.

Sin embargo, no es sólo esta Capilla la que guarda un gran número de pinturas poco conocidas para los miles de portuenses y de visitantes que se acercan a diario hasta la Prioral, dado que en otros emplazamientos también existe un gran número a la espera de ser de nuevo expuestas al público. Como las que aguardan en los recovecos de la Capilla de la Virgen de los Milagros, Patrona y Alcaldesa Perpetua de El Puerto. Allí se hayan infinidad de lienzos que están también en un mal estado de conservación, presentando diversos problemas relacionados con el barniz que se les aplicó en su momento, diversos desprendimientos de las capas pictóricas repartidas por toda su superficie, e incluso pequeñas y grandes roturas.

También existen otras obras que aunque aparecen visibles, no se les presta la atención que precisan. Un ejemplo de ellas son las colgadas en el pasillo que conecta una de las salidas del templo con la sacristía, o las dos de mayor tamaño que se encuentran en el hall situado a continuación y en donde es posible apreciar grandes agujeros ocasionados por diversos acontecimientos que han hecho mermar el significado de las mismas, ya que algunas partes han quedado incomprensibles.

En la planta de la Iglesia Mayor Prioral, sin tener en cuenta aquellas capillas donde están exhibidos los titulares de diversas hermandades locales como El Olivo o El Nazareno, se pueden identificar más de una treintena de pinturas, de las cuales algunas han sido restauradas desde la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia. Sin embargo, otras muchas presentan deficiencias debido al uso diario de este enclave religioso. Aunque no lo parezca, el humo desprendido por las diversas velas que se encienden todos los días, y especialmente en fechas como la Semana Santa, provocan un ennegrecimiento en la superficie, ocasionando que muchas de estas obras hayan quedado completamente indistinguibles para el ojo humano. Hay que tener en cuenta que las más perjudicadas aparecen en aquellos lugares donde hay un mayor número de cirios, como las que están colgadas en la parte superior de la Capilla de Santa Rita y alrededores. También hay que tener en cuenta que en varios lienzos aparecen pequeñas deposiciones de animales, que no son apreciables, sin embargo, son perjudiciales para el estado de los mismos.

La humedad, debida principalmente a algunas deficiencias lógicas de un edificio con más de seis siglos de historia, ha afectado a la resistencia física y mecánica de las obras. Esto a su vez ha producido en la superficie diversas arrugas y deformaciones que son fácilmente localizables contemplándolas a contraluz. A pesar de que son bastantes las que manifiestan estas situaciones, algunas de ellas se pueden comprobar en la parte superior tanto de la Capilla Bautismal como de la Capilla del Santo Ángel de la Guarda. En el interior de la Capilla Bautismal, en El descendimiento de Jesucristo, la Virgen María, María Magdalena, y San Juan y en Santo Ángel con faz de Jesucristo, es posible visualizar el destensado de la tela, sobre todo en su parte inferior.

Debido a esta situación, desde hace algunos años la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia se encuentra luchando para ir recuperando poco a poco, y en la medida de lo posible, todo el legado pictórico de la Iglesia Mayor Prioral. Desde que comenzara este proyecto de restauración y conservación, ha sido un equipo formado por varios licenciados en las distintas ramas de Bellas Artes, así como por otros tantos pintores, los que se han encargado de devolverle el aspecto original a los lienzos que dieron forma sus autores varios siglos atrás.

En todas las ocasiones en las que esta entidad cultural, presidida por Manuel Pico, ha colaborado con el templo religioso ha sido el licenciado en Bellas Artes, en la rama de Conservación y Restauración por la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, José Ramón Villar, el encargado de presidir el equipo de trabajo que ha hecho posible que cuadros como La última cena de Jesús, llevada a cabo en el año 1852 por Sebastián Romero, San Sebastián, el Copatrono de El Puerto, o La adoración de los Magos, localizada en la nave lateral izquierda, vuelvan a brillar con luz propia.

Son multitud de cuadros los que Santa Cecilia ha conseguido rescatar de la degradación con pocos o nulos recursos. Es a través de diversas actividades, como la llevada a escena este verano por el dramaturgo José Luis Alonso de Santos y que recibió el nombre de Una noche con los clásicos, mediante las que se pueden obtener fondos para continuar con todas las funciones. Aunque los equipos de trabajos estén conformados por voluntarios que no reciben ningún tipo de remuneración por la labor que realizan, los materiales necesarios para ejecutarlos tienen un coste que es imposible de asumir para la Academia, ya que el proyecto se realiza de manera completamente desinteresada. A pesar de que La madre de los Macabeos acaba de ser restaurada y ya se encuentra de nuevo expuesta, desde el mes de julio se está haciendo lo mismo con otra obra, El juicio final.

Pero pese a los esfuerzos que realiza la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, así como todos los voluntarios que se suman día a día, para conservar el legado pictórico no sólo de la Iglesia Mayor Prioral, sino de El Puerto de Santa María, es necesario que diversos organismos gubernamentales tanto locales, como regionales, e incluso nacionales, se comprometan a velar por la historia portuense, ya que sin los procedimientos adecuados para su conservación, poco a poco todo este fondo acabará desapareciendo por completo.

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