El edil responsable de la Concejalía de Cultura y Fiestas del Consistorio portuense, Millán Alegre, ha comentado con motivo del tercer aniversario del hundimiento de la histórica motonave que realizaba el recorrido turístico entre El Puerto y Cádiz que "hay que tener en cuenta una cosa: es verdad que El Vaporcito es patrimonio de El Puerto, por lo que ha representado en la historia; pero también es verdad que El Vaporcito es patrimonio particular, ahora mismo, de un señor. Con lo cual creo que a ese es al que hay que preguntarle qué va a pasar con El Vaporcito, en primer lugar. Es verdad que es un Bien de Interés Cultural, con lo cual la Junta de Andalucía ahí debería de pronunciarse y también de ayudar en la recuperación". Alegre ha continuado explicando que "el Ayuntamiento de El Puerto está en disposición también de poder ayudar en cualquier iniciativa, si es que la tiene que haber, para hacer algo para recuperar El Vaporcito porque los primeros que queremos que se recupere debemos de ser el Ayuntamiento, la Corporación, que somos los representantes de todos los ciudadanos". Alegre ha finalizado sus declaraciones esperando que "el Vaporcito vuelva a navegar por la Bahía".

Esta retahíla de buenas intenciones sin un contenido real ni un proyecto claro es un denominador común en todas las administraciones que, tras el hundimiento, anunciaron, todas a una, un rápido restablecimiento del servicio. De hecho, cuando el Vaporcito se hundió las declaraciones de las administraciones públicas hacían prever que una labor conjunta y coordinada entre todas ellas que haría que este pequeño barco volviera a surcar las aguas que unen Cádiz con El Puerto. Al menos, así lo comunicó Enrique Moresco, alcalde en aquella fecha de El Puerto al ponerse en contacto con Teófila Martínez y con el presidente de la Diputación, José Loaiza, para coordinar posibles actuaciones y ayudas futuras para el Vaporcito.

Tres años después parece que esta labor conjunta ha naufragado dejando solamente al cuidado del barco al empresario que, ahora mismo, es propietario del Adriano III, Manuel Ramos.

Desde el Ayuntamiento de Cádiz afirmaron que se prestaban a cualquier ayuda, pero que el barco no era de su competencia. Respecto a iniciativas que pudieran llevar a cabo para reflotar el Vaporcito, desde el consistorio gaditano contestaron que "si no se llega a un acuerdo es difícil hacer algo". Así responden en el Ayuntamiento de Cádiz tres años después de que Teófila Martínez dijera al respecto que el Ayuntamiento ofrecía su colaboración tanto a la empresa responsable del Vaporcito como al resto de instituciones para reflotar el barco y que así pudiera volver a realizar su actividad como símbolo de la Bahía gaditana.

Otra de las instituciones que en un principio mostró su disposición a participar en esta labor para reflotar el Vaporcito fue la Diputación de Cádiz que, a través de José Loaiza, recalcó que no se podrían fijar los términos de la colaboración de esta entidad hasta no conocer el plan de recuperación del barco. Ahora, tres años después del hundimiento, un portavoz de la Diputación de Cádiz afirmó que ellos no tenían nada que ver con el Vaporcito.

En 1999, el Vapor de Cádiz fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. Nada más hundirse, el consejero de Cultura en el cargo, Paulino Plata, comentó que "por parte del Gobierno andaluz tenemos voluntad de cooperar, como uno más, para ver qué posibles soluciones se pueden adoptar". En la actualidad, desde la Junta de Andalucía responden que no tienen ninguna responsabilidad de reflotarlo. Aún así, advierten que la Junta lo ha requerido y que al ser un BIC hay una tutela, pero que no puede entrar en un asunto que es de propiedad privada.

Tres años después ese frente común que manifestaron todas las manifestaciones parece disuelto. La soledad del empresario del histórico Vaporcito es hoy en día una realidad.