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El Puerto

Nuria Espert, la divina

Tengo que reconocer que me resultaba atractivo volver a ver a 'La divina' Espert encima de un escenario en El Puerto, después de aquel Cerco de Leningrado en el que la gran señora de la escena española María Jesús Valdés dio réplica a la actriz barcelonesa y marcó el camino a seguir a futuras generaciones de cómicas.

Hacer comedia no es tan sencillo como parece, y de ello puede dar fe Nuria Espert al intentar dar vida a Julia Rebollo, la esposa del vendedor de orinales que el autor francés Georges Feydeau estrenó a principios del siglo pasado, y en donde los verdaderos protagonistas son un laxante y un cubo de aguas fecales. La Espert ha querido dar el salto a la comedia sin sacudir de su acting los usos y costumbres de la Salomé de Wilde, o la Medea que aún deambula por los Campos Elíseos del brazo de Aquiles. Hay que purgar a Totó, vodevil ligero y frívolo, marca desde el primer cuarto de hora el orden del tiempo de un fiasco anunciado, con la confusión ignara entre las Islas Hébridas por las Sébridas en diálogo irritante de una dueña con rulos y medias caídas y su enérgico y exasperado esposo. El combate conyugal está servido. Jordi Bosch, el prolífico actor catalán, seduce al espectador con cada guiño de estupor, con la desesperación y el empalago de su personaje, en una interpretación más que notable. El televisivo Gonzalo de Castro -Javier ya no vive solo-, da vida a un breve pero divertido 'cornudo' al que Totó machaca con absoluta desvergüenza, en un papel que le viene ni que pintado al polifacético Tomás Pozzi.

Si por algo se caracterizan las producciones de Juanjo Seoane es precisamente por la calidad de sus escenografías, en las que no escatima medios. Para la ocasión, el escenógrafo francés Jean Pierre Vergier nos sorprende con un despacho inclinado de esquinas quiméricas, en donde lo absurdo del texto se difumina entre grandilocuentes paredes estampadas.

El público del Muñoz Seca, que no llenó la totalidad del aforo, disfrutó con mesurado sosiego de esta comedia costumbrista atraído por la personalidad de la actriz catalana, que junto con el resto del elenco de actores y actrices recibió un caluroso aplauso.

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