Un pequeño oasis en el desierto. Así se presenta la Semana Santa para el sector hostelero de la ciudad, que ve en estos días una posibilidad de remontar los malos resultados obtenidos en lo que llevamos de año. No obstante, pese a que las previsiones en cuanto a ocupación hotelera son buenas, la lluvia todavía amenaza con aparecer en los días festivos de la semana, algo que restaría fuerza al impulso final que necesitan algunos turistas para realizar sus viajes.

Si hay una cosa en la que coinciden los consultados es en la reducción de días fuertes dentro de la semana que hoy comienza, consecuencia directa de la crisis económica. Para el sector hotelero, la Semana Santa comienza el jueves. En este sentido se manifiestan desde el Hotel Santa María, "hace ya algunos años que podría llamarse el puente santo", ya que desde el Domingo de Ramos hasta el próximo miércoles el número de plazas ocupadas no se ve aumentado comparado con otros días normales. Si reducimos la encuesta a la segunda mitad de la semana, los hoteles se muestran satisfechos con las cifras de reservas obtenidas hasta la fecha. El Santa María empezaba el fin de semana con el 95% de sus plazas ocupadas a partir del jueves, y se esperaba alcanzar el lleno. En el mismo sentido se muestran desde el Hotel Los Cántaros, con una cifra muy alta de reservas efectuadas hasta ahora y también con la previsión de alcanzar el 100% de plazas ocupadas porque "afortunadamente, la Semana Santa todavía sigue siendo un reclamo turístico importante en la ciudad".

Los buenos augurios pueden verse afectados, aunque sea ligeramente, por las previsiones meteorológicas. El Ayuntamiento había acondicionado las playas para estas fechas, dotándola de más papeleras y mejorando sus accesos, así como iniciando el proceso de arado de la arena y la nivelación del perfil. Hay que destacar que, además de por las diferentes procesiones, la mayoría de los turistas acuden a la ciudad buscando los primeros rayos de sol previos al período estival.

En lo que respecta a los restaurantes, la situación dependerá de las condiciones climatológicas a partir del Jueves Santo. En este sentido se muestra Manuel González, propietario de Un alto en el camino, que estima que si se cumplen los malos presagios para esta semana "la afluencia puede descender a última hora un 20 o 30%", y apunta otras causas como "la subida del precio de la gasolina o la puesta en venta de muchas viviendas que servían de segunda residencia" para evidenciar la importancia que tiene la actual crisis económica para el sector de la restauración. No obstante, afirma que "las expectativas siempre son buenas, aunque dependamos de muchos factores para verlas cumplidas".

También le da importancia al tiempo Fernando Córdoba, propietario del restaurante El Faro de El Puerto, pero de una manera diferente, ya que "lo que es perjudicial para algunos, puede ser beneficioso para otros". Así, una vez que los turistas han llegado a la ciudad, "si llueve para los desfiles procesionales o hace mucho viento para ir a la playa, la gente puede optar por ir a los restaurantes".

Los dos propietarios, de una amplísima experiencia en el sector, coinciden en la dificultad de hacer previsiones, puesto que "ya ha pasado el tiempo en el que la gente hacia reservas con antelación, porque saben que habrá sitio". No obstante, sitúan los almuerzos del jueves, viernes y sábado como los momentos con mayor afluencia de la semana.