Los problemas y retrasos que acumula el A400M se han cobrado la cabeza del máximo responsable español en Airbus, Domingo Ureña. El grupo aeroespacial europeo anunció ayer la dimisión del director de la división de Aviones Militares de Airbus Defense and Space y su sustitución por Fernando Alonso, el hasta ahora director de Ensayos en Vuelo de la compañía. Este movimiento persigue encauzar el rumbo del programa del avión militar que se ensambla en Sevilla, dado que está sufriendo dificultades para aumentar su cadencia de producción y dotar a sus aeronaves de las capacidades militares comprometidas. Las quejas manifestadas por los clientes del aparato, especialmente duras en el caso de Alemania, han desembocado en una "situación crítica" a la que el fabricante europeo ha respondido con este volantazo. Al cambio de caras se sumará, además, una modificación de la estructura del programa: la parte industrial pasará al área de Operaciones, capitaneada por Pilar Albiac, mientras que el desarrollo y las entregas permanecerán en la unidad de Aviones Militares bajo la dirección de Rafael Tentor.

Airbus ha consumado los cambios con una rapidez inaudita. Las feroces críticas lanzadas en las últimas semanas por parte del Gobierno alemán, uno de los siete socios del programa junto a España, Reino Unido, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Turquía, llevaron hace dos días al presidente ejecutivo del grupo Airbus, Tom Enders, a entonar el mea culpa en un discurso en el que adelantó que se tomarían las medidas necesarias para desatascar la situación del A400M. "No hemos cumplido como nos hubiera gustado y tengo que pedir disculpas por ello. Les aseguro que habrá una reorganización. Vamos a aprender esa lección", sentenció.

Dicho y hecho. Domingo Ureña presentaba ayer su dimisión tras seis años como presidente de Airbus en España -desde hace un año, tras la reestructuración de la empresa, su puesto cambió de nombre por el de director de Aviones Militares de Airbus Defense and Space-. Aun así, no saldrá de la compañía, sino que pasará a ejercer otras funciones que aún no se han determinado. El testigo lo tomará Fernando Alonso, vicepresidente de Ensayos en Vuelo y Pruebas de Integración, que a partir del próximo 1 de marzo será el encargado de buscar soluciones a los problemas del programa para acelerar su despegue. Hasta entonces, será el presidente de Airbus Defense and Space, Bernhard Gerwert, el que asuma esa responsabilidad.

Más allá de los movimientos en los puestos directivos, el programa del A400M también modificará su organización para paliar "las deficiencias que presenta", según dijo ayer la compañía en una nota. El cambio más sustancial es que la parte crítica del programa cambia de manos. Así, las actividades relacionadas con la industrialización del avión militar, que son las que están generando los problemas, pasarán de la unidad de Aviones Militares a la de Operaciones, que está dirigida por Pilar Albiac. El resto -el desarrollo y las entregas- se mantendrá bajo su paraguas actual, con Rafael Tentor como director del programa del A400M.

Estos cambios conllevarán un incremento de la plantilla de Airbus tanto en sus instalaciones de Sevilla -en la planta de ensamblaje final del A400M en San Pablo- como en las de Getafe -en ingeniería-. El objetivo es aumentar la cadencia de producción para poder cumplir con las entregas comprometidas. En 2013 fueron dos los aviones que se pusieron en manos de los clientes, mientras que en 2014 fueron nueve. En ambos casos, menos de los previstos. De cara a 2015, Airbus ya negocia con las naciones compradoras un nuevo calendario de entregas, que se dará a conocer el próximo 27 de febrero en la presentación de resultados del grupo, cuando también se comunicará el impacto financiero y los sobrecostes que tendrá el programa por los nuevos retrasos.