Santiago satrústegui. presidente de abante asesores

"Cuando tienes miedo es el momento de comprar. Sin riesgo no hay rentabilidad"

  • Con Abante Asesores regresa a Andalucía el espíritu de AB Asesores, una de las gestoras pioneras de España.

Tras ser adquirida por Morgan Stanley, un grupo de antiguos socios y trabajadores de AB Asesores fundó Abante Asesores a principios de 2002. El proyecto arrancó con cuatro personas y hoy ya cuenta con 130 trabajadores en plantilla, 3.500 clientes, un patrimonio de 3.000 millones y 1.500 millones bajo gestión. Abante acaba de abrir oficina en Andalucía, donde gestiona actualmente 30 millones de patrimonio y aspira a alcanzar los 300 millones en cinco años.

-¿Qué queda de AB Asesores en Abante?

-La filosofía de la vocación al cliente y el entender que ser independiente es fundamental para poder hacer las cosas bien. Desde ahí hemos ido a un modelo mucho más completo de asesoramiento, donde tenemos en cuenta mucho las circunstancias personales de los inversores, entender sus objetivos y su capacidad financiera. Con ese dato vamos a los mercados financieros, fundamentalmente a través de fondos de fondos. Invertimos en los que creemos que son los mejores gestores. Así podemos darles una rentabilidad buena con un nivel de riesgo muy adecuado.

-¿Por qué Andalucía?

-Con Asesores tuvimos muchas oficinas, no sólo en Sevilla, sino en toda Andalucía. Es una plaza que siempre nos ha gustado, pero necesitábamos a la persona adecuada. Nos dimos cuenta de que teníamos en nuestra casa un director de muchísimo potencial, que es Manuel Díaz. Ha pasado cinco años con nosotros en Madrid, por lo que tiene el modelo muy asimilado.

-¿Cuál es su cliente tipo?

-Quienes valoran realmente nuestro servicio son profesionales con un recorrido exitoso en su carrera y que empiezan a entender que tienen que invertir bien sus ahorros porque van a vivir muchos años de la renta de ese dinero cuando ya no trabajen. No es el cliente de siempre de la entidad financiera, sino que demanda un servicio más profesionalizado. Quiere hablar con una persona que conozca los mercados, la fiscalidad o los productos. Alguien que le dé más valor del que él mismo pueda acceder leyendo periódicos o mirando internet.

-¿El cliente al que se dirigen piensa más en el ahorro que en el retorno a corto plazo?

-El rendimiento a corto plazo es fundamental para el éxito a largo. En general, tenemos la sensación de tranquilidad cuando tenemos un dinero ahorrado y no invertido. Pero al hacer el análisis de por qué estamos tranquilos, se nos plantea la cuestión de cómo vamos a vivir cuando no generemos ingresos. Y como las esperanzas de vida son cada vez más largas y las carreras profesionales son más cortas, habrá que vivir más tiempo de nuestro ahorro. Lo que debemos hacer con toda esa preocupación por el futuro es desemenuzarla y buscar soluciones para cada necesidad.

-Con tanta volatilidad y tipos de interés tan bajos, ¿dónde puede encontrar el ahorrador rentabilidad?

-Allá donde haya riesgo y mercados que lo estén pasando mal es donde estarán las rentabilidades. La Bolsa es hoy un mercado mucho más atractivo que hace tres semanas. Lo que pasa es que tienes que tener claro que estás con la gente adecuada para entender estos mercados y te acompañen en tus decisiones. El problema de la inversión y por lo que en general el ser humano es tan mal inversor, es que las emociones ligadas a la inversión son contraintuitivas. Cuando tienes mucho miedo es el momento de comprar. Y cuando no tienes miedo y todo apunta que debes comprar, lo que hay que hacer es vender.

-Escribió junto al filósofo José Antonio Marina La creatividad en la economía. Su tesis es iconoclasta: cambiar las ideas para cambiar la economía. ¿A qué ideas se refiere?

-El libro viene a decir que si la economía es una creación de la inteligencia, y vemos que no funciona, en lugar de tratar las cosas como creemos que son, tenemos que repensar la economía en su conjunto. Hay muchas cosas que realmente son convenciones que si las pensamos bien y las cambiamos, es mucho más barato que el seguir perseverando por un camino que no funciona. La medida más efectiva de Draghi se resolvió con una frase de ocho o nueve palabras. "Mi mandato es salvar el euro. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano. Y créanme será suficiente".

-Con lo que hemos visto esta semana, ¿será suficiente?

-La Eurozona ahora no está en cuestión. La frase de Draghi indica un compromiso muy importante de todos los países con el euro. Ceder las decisiones sobre tu moneda es un delegación de soberanía incluso mayor que la cesión del mando de las fuerzas armadas. Pero esa convicción de que el euro sale adelante necesita un esfuerzo político muy grande. Todavía estamos en el proceso de ajuste.

-¿Hay fundamentos para temer una recesión mundial?

-Ya tuvimos otro susto este verano, aunque ahora ha sido algo más fuerte. Los mercados pasan periódicamente por periodos de estrés. Alemania está prácticamente parada y Francia e Italia ya lo están. Nosotros estamos algo mejor. En Europa falta un impulso. En la medida en que el euro baja contra el dólar, la economía europea es más competitiva. La otra pieza fundamental es que el BCE ligue su financiación con la finalidad última de que ese dinero se preste. Ahí tenemos que apretar mucho más. El BCE ha hecho mucho de boquilla pero poco de costo.

-¿Prever como el Gobierno un 2% de crecimiento en España para 2015 es pecar de optimismo?

-No. Creo que es posible. Lógicamente, si todo el mundo a nuestro alrededor se para, nos va a afectar, Pero como España viene de más abajo, tiene recorrido. Y es bueno entender que un 2% de ahora es mucho más saludable que un 5% de la burbuja inmobiliaria.

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