Economía

El G-20 persigue un acuerdo contra la evasión fiscal de las multinacionales

  • La OCDE pretende evitar que se trasladen grandes ganancias a países de baja fiscalidad.

El G-20 buscará un acuerdo para implementar un plan de acción contra la evasión fiscal por parte de empresas multinacionales en la reunión ministerial que comenzó este domingo en Cairns (Australia), dedicada a impulsar el crecimiento económico.

Las negociaciones se centran en el plan contra la erosión de la base tributaria y el movimiento de beneficios (BEPS, en inglés) elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que este sábado presentó al G-20 un primer paquete de medidas. El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, indicó que las grandes empresas no pagan impuestos en los países donde generan ganancias al reubicar de forma artificial el origen de su actividad en países que ofrecen un mejor trato fiscal. Según Gurría, el G-20 ha identificado esta evasión y el cambio del origen de los beneficios como una "seria amenaza" para la recaudación de impuestos, la soberanía y la justicia de los sistemas fiscales en todo el mundo. "Buscamos cerrar vacíos legales que permiten a los inversores canalizar sus inversiones a otros países para acceder de forma artificial a los beneficios de sus tratados de fiscalidad", dijo Gurría en rueda prensa en Cairns antes del inicio de la reunión del G-20. "La idea es neutralizar las arcas de estos negocios multinacionales que tienen unos 2 billones de dólares (1,5 millones de euros) en jurisdicciones de baja fiscalidad", añadió.

Los primeros siete puntos de este plan de 15 capítulos, que serán discutidos este fin de semana en el G-20, prevén el diseño de un nuevo modelo tributario y de tratados para asegurar la coherencia de los pagos de los impuestos corporativos a nivel internacional. También proponen evitar el abuso de los tratados tributarios a través del realineamiento impositivo, implementar acciones para asegurar que el valor de los precios de los productos sean acordes con los valores de su creación, mejorar la transparencia tributaria y abordar los retos generados por la economía digital.

Gurría dijo que unos 40 países están dispuestos a implementar estas medidas en 2017 y que el resto podría hacerlo al año siguiente. Entre los primeros en asumir el compromiso está Australia, según anunció en la misma comparecencia su Tesorero federal, Joe Hockey. "Queremos que se paguen impuestos en Australia por las ganancias realizadas Australia", dijo Hockey, que denunció la capacidad de las multinacionales y de individuos con altos ingresos de evitar o evadir sus obligaciones fiscales. "Seguimos insatisfechos con los resultados fiscales que algunas multinacionales logran elaborar y que crean un terreno de juego desequilibrado para los pequeños negocios y desvía de forma injusta la carga impositiva sobre otros", dijo el Tesorero australiano.

Hockey también recalcó la importancia de incluir a los países en vías de desarrollo para que se beneficien de la implementación de estas medidas y evitar que sus territorios sean utilizados como paraísos fiscales. "El principal desafío para atrapar a defraudadores es no dejarles ningún sitio donde puedan esconderse. Esta es la cuestión. Así, la acción unilateral de un país no conseguirá realizar el trabajo", insistió el Tesorero.

Hockey y Gurría coincidieron en señalar la necesidad de que haya "liderazgo político" para garantizar la implementación del BEPS, cuyas primeras medidas se someterán a aprobación durante la cumbre de líderes del G-20 en Brisbane en noviembre.

Las otras 8 medidas se presentarán en 2015, en el encuentro que el grupo realizará en Turquía. Además del BEPS, los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del G-20 debatirán en Cairns unas 900 propuestas de iniciativas políticas para impulsar el crecimiento económico, la creación de empleo y la construcción de infraestructuras. "Tenemos la oportunidad de cambiar el destino de la economía global", dijo Hockey en el discurso de apertura de la reunión.

El G-20 se fijó en febrero lograr un crecimiento del 2 por ciento por encima de las previsiones hasta 2018 para inyectar unos 2 billones de dólares (1,5 billones de euros) y crear más de 600 millones de empleos. Hockey expresó su confianza en lograr este objetivo pese a que la OCDE y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, advirtieran esta semana del bajo rendimiento de las economías de la eurozona y Japón.

En la reunión participan también el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew; el ministro español de Economía, Luis de Guindos; el subsecretario de Hacienda de México, Fernando Aportela; el secretario de Asuntos Internacionales de Brasil, Carlos Márcio Cozendey, y la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, entre otros.

Los miembros del G-20 son la Unión Europea, el G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Suráfrica y Turquía. España acude a las reuniones como país invitado desde 2010.

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