España enciende velas por la recuperación de tres de sus grandes estrellas antes del inicio del Mundial de fútbol de Suráfrica 2010, en el que la Roja es una de las grandes candidatas al título, siempre que cuente con todos sus puntales.

Fernando Torres, Iniesta y Cesc, valores capitales en la obtención de la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008, están en la enfermería y su recuperación se prevé demasiado cercana al inicio de la cita mundialista, en la que los españoles se estrenarán el 16 de junio ante Suiza.

Tras un nuevo desgarro de Iniesta y la fractura de tibia de Cesc, el último contratiempo para la selección lo protagonizó el delantero del Liverpool, operado el domingo en la rodilla derecha para solucionar un problema en el menisco externo, la misma zona en la que se intervino haca tres meses.

"El Mundial ahora es más importante. Son cuatro años esperando y si los plazos van bien no me planteo perdérmelo. Desde ya empiezo a trabajar", afirmó el jugador, autor de uno de los goles más importantes de la historia de España, el del 1-0 ante Alemania en la final de la pasada Eurocopa.

Nadie especula con que el ariete no vaya a ser convocado por Vicente del Bosque, pero sí se duda de las condiciones en las que llegará porque la lesión es preocupante por lo reincidente de la dolencia y el sitio, y porque llegará a Suráfrica sin ningún partido en sus piernas y justo de forma y ritmo de competición.

El ex del Atlético de Madrid es, desde 2005, una pieza ineludible en el entramado ofensivo del combinado nacional, ya sea jugando solo por delante de cinco centrocampistas que llegan desde la segunda línea o compartiendo la vanguardia con Villa. Por si fuera poco, el estado del valencianista también preocupa por una persistente lesión en un hombro.

Desde otro lugar, igual de imprescindible es Iniesta, un artista que puede fajarse en el barro de la marca o esculpir paredes y combinaciones de tres cuartos de cancha en adelante. A los 25 años, su concurso en el Barcelona es vital para la fluidez del juego y desequilibrar arriba, lo mismo que en la selección.

Pese a que se cree estará listo si su club disputa la final de la Liga de Campeones el 22 de mayo, la incógnita sobre el medio es la resistencia de sus músculos al esfuerzo: lleva una temporada sin tener continuidad lastrado por varios desgarros y contracturas durante esta temporada.

Por último, el caso de Cesc es parecido al de Torres en los tiempos de recuperación. Es el jugador número 12 de la selección, el que entra al equipo si Del Bosque decide jugar con cinco en el centro o se sienta en el banco si el técnico apuesta por un 1-4-4-2. Su caso es extraño, ya que siendo el líder indiscutible del Arsenal no tiene un lugar asegurado en el once titular de la selección. Pero aún sin ser titular indiscutible, Cesc es por potencial una alternativa suficiente de peso como para que España esté pendiente también, como lo está con Torres e Iniesta, de su recuperación. La razón es reconocible, porque en juego está nada menos que borrar la obsesión deportiva más importante de España: proclamarse campeón del mundo por primera vez en su historia.