Deportes

Recital de pitos contra el colegiado

  • El personal expresa su enfado con el árbitro y aplaude al equipo

El cielo dio una tregua y, aunque ni mucho menos fue la mejor entrada de la temporada, cerca de 11.000 aficionados se dieron cita en el estadio Ramón de Carranza con ganas de ver ganar a su equipo. Llevaban mes y medio sin disfrutar de una alegría en casa y mereció la pena pese a que la hora -cuatro de la tarde- no parecía más adecuada.

El personal sabía lo que se traía entre manos. Desde que vio aparecer a Saúl Ais Reig por el césped, antes del arranque del encuentro, empezó la sinfonía unánime de silbidos contra el árbitro que un par de meses atrás había privado al Cádiz de pelear por la victoria en Miranda de Ebro con aquella actuación tan nefasta. Algunos seguidores llevaron ayer cartulinas rojas en señal de desaprobación.

Los del inicio no fueron los únicos pitos. Todo lo contrario. La mayor cota de decibelios generados desde la grada se produjo en el minuto 17 cuando el colegiado convirtió en penalti una mano absolutamente involuntaria de Aridane dentro del área. Se avecinaba otro lío montado por el trencilla alicantino pero Cifuentes sofocó el incendio al repeler el lanzamiento del conjunto oscense.

La banda sonora se reprodujo al descanso cuando el árbitro enfiló el túnel de vestuarios y también a la conclusión del partido. Ais Reig ya sabe que no es muy querido en un Carranza donde sonó aún con más fuerza la ovación al final de la parroquia cadista, que reconoció el esfuerzo de su equipo y valoró la importancia de la victoria más allá de las limitaciones en el juego y de las decisiones del colegiado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios