Jesús Cantero Juncal (Puerto Real, 9 de marzo de 1982) está viviendo el momento más dulce de su carrera deportiva. El pasado mes de junio en Blanes (Girona) se proclamó campeón de España, su mayor logro a nivel individual tras ganar dos ligas y tres Copas del Rey con su club, el UCAM Cartagena. Y aunque no podrá estar en Río, a sus 34 años mantiene vivo el sueño de participar con la selección española en unos Juegos Olímpicos. Tokio 2020 le espera.

-Lo primero, enhorabuena por el campeonato de España. ¿Cómo se desarrolló el torneo?

-Cuando pasamos la prueba de equipos no me sentía demasiado bien. En octavos de final mejoré y el partido de cuartos fue clave, porque jugaba contra uno de los favoritos. Le gané 4-3 de milagro (ríe). En semifinales también remonté, de 3-1 perdiendo a 4-3. En la final perdí la presión y me solté, iba ganando 3-0 y me remontó 3-2… menos mal que pude aguantar. Lo máximo que había logrado individualmente había sido tercero el año anterior. Es un torneo muy complicado, todo es eliminatoria directa y siempre hay alguien que destaca más, que es al que le gané en la final, que lleva diez campeonatos. Es el mejor jugador de la historia de España.

-¿Cuáles son tus próximos retos?

-En España ya he llegado alto, ahora mi objetivo es intentar algo a nivel europeo y a ver si puedo jugar otro Preolímpico, que lo veo difícil, pero mi sueño es llegar a disputar unos Juegos. También jugar competición europea con mi club, la UCAM.

-¿Es posible ir a las Olimpiadas a nivel individual?

-Sí, ya estuve cerca en Londres, pero me lesioné. Siempre ha sido mi sueño y lo veo un poco más lejos porque te vas haciendo mayor, pero como nuestro deporte es un poco más longevo pues se puede intentar. Quién me iba a decir a mi que con 34 años lo iba a ganar todo, cuando después de la lesión me pensé la retirada… hasta los 40 se puede jugar y ser competitivo.

-¿Y a nivel de selección?

-Es posible porque ahora mismo el chaval con el que jugué la final se clasificó, Juanito (He Zhi Wen, nacionalizado español de origen chino) también… he ganado a gente este año que van a las Olimpiadas, pero es muy difícil porque todo es eliminatoria directa y además se tiene en cuenta un ránking europeo.

-¿Cómo ha sido tu experiencia en la selección española?

-Para mí lo más grande es jugar con la selección, pero hay veces que hay que pensárselo porque no hay ningún tipo de ayuda, sólo las becas ADO si eres olímpico. Jugué el Mundial en Malasia y la Federación no da nada. Te pegas un mes allí y yo voy a ser padre en septiembre, ¿cómo voy a estar un mes fuera de mi casa? Además hay que tener cuidado, porque con la selección me lesioné y el club lo sufrió, íbamos segundos en liga y al final acabamos quintos.

-¿Y qué opinas de la nacionalización, tan habitual en un deporte dominado por los asiáticos?

-Es un tema delicado, tiene una doble lectura. Juanito por ejemplo ha aportado mucho a España, ha ayudado a que el nivel suba. Antes de que llegara estábamos en segunda y tercera categoría. También es verdad que cierra muchas puertas, en el ránking femenino entre las diez mejores de Europa ocho eran chinas, por ejemplo. Pero toda persona tiene derecho. Juanito, que lleva muchísimos años y está perfectamente integrado, a mí me ha ayudado mucho. Ahora mismo somos compañeros de equipo y sigue aconsejándome y ayudándome.

-¿Cómo comenzaste en el tenis de mesa?

-Empecé en Puerto Real porque mi padre trabajaba en el pabellón, aunque lo mío de pequeño era el fútbol. Pero cuando llegaron los equipos de Astilleros Españoles y vinieron chinos cogí la raqueta por casualidad. El entrenador empezó a seleccionar y me llamó, me llevaron a Granada, a Barcelona… se puede decir que me compraron con viajes (risas).

-¿Y cómo das el salto a nivel profesional?

-El entrenador cuando pequeño me quiso llevar a China, que me lo pagaban todo, pero mis padres querían que estudiara. Con la Universidad de Cádiz en un campeonato universitario quedé campeón y entonces me llamó la UCAM, para que me fuera a estudiar y a competir allí.

-Sorprende, para bien, que se pueda ser profesional de un deporte minoritario como es el tenis de mesa.

-Yo tengo dedicación exclusiva, vivo de esto. Ahora mismo no recibo becas ni ayudas, pero estoy contratado por la UCAM como jugador y como director deportivo. Tenemos la suerte de que el jefe de la UCAM quería hacer un equipo campeón y dio de alta a todos los jugadores, a todos los que cogen los hacen profesionales. Además, te dan becas para compaginar el deporte con los estudios, al estilo de las universidades americanas. La idea cuando empezaron era hacer algo así y ahora tienen a deportistas como Mireia Belmonte, Javier Fernández o Carolina Marín.Hace 13 años me fui para allá, estuve en la liga de Dinamarca y me dijo de volver, ya con contrato. Me tocó la lotería… a la Universidad le estoy muy agradecido.

-¿Progresar en este deporte en la provincia es posible?

-El club Bahía de Cádiz está muy bien, en Blanes hubo una chica de Cádiz campeona de España en alevín. Hasta infantiles puedes llegar, pero más allá… necesitas jugadores que entrenen a nivel competitivo, pero no hay ni ayudas ni sitios especializados para poder entrenar. En España es complicado progresar porque aquí no hay cultura del tenis de mesa, hay dos o tres chavales que se han ido al extranjero, a Alemania y a Suecia, que es la única forma de destacar más. O sales al extranjero o lo tienes muy complicado, allí hay muchos centros especializados. A mí me ha ayudado mucho llevar tres años jugando también la liga en Francia, que es la más fuerte de Europa.

-¿Qué le dirías a los que hoy día quieren empezar a practicar el tenis de mesa?

-Lo primero que se diviertan, que ante todo es un juego. Así debe ser para los niños y para los padres, que a veces les meten demasiada presión. Y si va destacando y le pone esfuerzo y sacrificio pues todo llega, pero lo primero es divertirse.

-Por último, ¿a qué te gustaría dedicarte cuando dejes la competición?

-Me gustaría en un futuro dedicarme a trabajar con niños, lo hago en los campus y me gusta mucho. En Cartagena ya me dijeron que me querían de entrenador, pero aún quiero jugar un poquito más.