David Zamora cuenta con el carácter templado que necesita tener todo portero. Es aparentemente frío, responde con parsimonia, midiendo cada palabra para tratar el espinoso asunto de su marcha del San Fernando. Asegura quedarse con los buenos momentos, pero no comparte la decisión que le impedirá volver a Segunda B con el club de su tierra.

-¿Cómo se encuentra?

-Voy asimilando algo que no me esperaba. Era consciente de que cabía la posibilidad de que no me renovaran, pero, en un primer momento, Sanchís me llamó para decirme que contaban conmigo. Fue el lunes al mediodía cuando cambió de parecer y me comunicó que preferían incorporar a un portero más joven.

-¿Cree que algunas circunstancias personales han podido influir en la decisión?

-He leído y me han comentado que no me renuevan porque me estoy preparando las oposiciones para ser Policía Nacional. Quiero dejar claro que eso no es cierto. Yo pensaba seguir y esperaba una llamada para empezar a negociar.

-Carlitos, Tati, Ñoño y ahora Zamora. Se marchan pesos pesados del vestuario.

-La verdad es que sí. Choca un poco porque en teoría este proyecto iba a contar con gente de La Isla, pero al final no podrá ser así. Es una pena, porque creo que teníamos nivel para estar ahí.

-¿Es posible que el ascenso le haya restado opciones a Zamora de poder continuar en el San Fernando?

-Es difícil contestar a eso porque esta directiva ya venía anunciando recortes en el presupuesto. Si nos hubiésemos quedado en Tercera, a lo mejor no hubiese seguido por no llegar a un acuerdo económico.

-Pese a todo, no le faltarán novias viendo su currículum, ¿no?

-Ahora mismo no tengo nada cerrado. Sinceramente, no le puedo reprochar nada al San Fernando en estos seis años. Al revés. Pero sí me ha sentado fatal que me dijeran que no iba a seguir un 18 de julio, cuando ya todos los equipos, o casi todos, han arrancado la pretemporada.

-Cuesta bastante encontrar ahora una portería sin dueño.

-Exacto. Mi posición es clave y los equipos intentan tenerla cerrada lo más pronto posible. Si no cuentan conmigo, no pasa nada. Lo entiendo y lo respeto. Al fin y al cabo, esto es fútbol. Pero hubiera preferido que me lo anunciaran con más antelación. Es el único pero que le pongo a la nueva directiva.

-¿Qué balance hace de estos años como azulino?

-Han tenido de todo. Me quedo con lo bueno, obviamente. Dos ascensos, grandes amigos que he conocido ahí dentro y, sobre todo, la afición y la gente que siempre ha estado ahí y he notado su apoyo.

-Defendió la portería del San Fernando en Llodio y Águilas, ¿con qué ascenso se queda?

-Es complicado. El primero me marcó porque nunca había vivido nada igual. El último llegó en un año donde lo pasamos fatal. Sin embargo, esto provocó que disfrutasemos más del éxito, por eso creo que quizás me quede con este último.

-Uno de los partidos clave de esta fase de ascenso fue el de Calahorra. Mucha gente lo erigió como el salvador del equipo aquel día. ¿Qué opina Zamora al respecto?

-No me considero un héroe. Ni aquel día ni nunca. Sí es cierto que, en aquel partido, aparecí en momentos claves y se valoró más mi actuación, pero la verdad es que la defensa al completo hizo un trabajo descomunal .

-Seguro que no imaginaba semejante protagonismo el día antes de aquel encuentro...

-Fue muy curioso, porque, la noche antes del partido, Fran comenzó a sentirse mal. Esperamos a ver cómo amanecía y, en la charla de por la mañana, Méndez me comentó que iba a ser titular. Supongo que le gustó mi actuación, porque repetí en Águilas.

-El ascenso en El Rubial fue la guinda como azulino, ¿no?

-Imagínate. Es el partido que todos queríamos jugar. No estoy seguro del motivo por el que el míster apostó por mí, pero me dio la oportunidad de poner el broche de oro perfecto a estos seis años.

-¿No le queda entonces ninguna espinita?

-Quizás no jugué todo lo que me hubiese gustado en Segunda B, pero disfruté de la experiencia y ayudé al equipo en esos dos años. Con eso me quedo.