Urgente Afligidos suspende su salida este Jueves Santo en Cádiz

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Pundonor sin pegada

  • El conjunto amarillo neutraliza a un adversario conformista pero carece de ideas para generar oportunidades y se jugará el pase a la segunda ronda en el partido de vuelta

Como era previsible, la eliminatoria entre el Cádiz y el Racing de Ferrol queda en el aire después del partido de ida y se resolverá el próximo domingo en territorio gallego. Todo está por decidir. El conjunto amarillo quiso pero no pudo contra un rival que jugó al cero a cero y consiguió su objetivo. El Cádiz llevó el peso del partido de principio a fin pero, robó más balones en un partido que toda la temporada, pero se atascó en ataque ahogado por su falta de ideas. Fue como una final a vida o muerte. Un encuentro intenso, de marcado acento defensivo, con muy pocas ocasiones de gol, todas del lado local, y nada de puntería. El Cádiz no tuvo el acierto que necesario todo aspirante a un ascenso que ahora pasa, en el capítulo inicial del play-off, por hacer fuera la tarea que no completó en casa. Una misión muy complicada pero ni mucho menos imposible. El Cádiz, con sus limitaciones, que son muchas, sigue muy vivo y está llamado a pelear a muerte los 90 minutos pendientes en el Norte de España.

Fue un partido que dejó sensaciones contrapuestas en un Cádiz serio, disciplinado, a todo gas, sin regatear esfuerzo, con buena cara en labores de destrucción aunque con muy pocos, por no decir nulos, argumentos ofensivos. Si en tu estadio, delante de tu gente, no consigues tirar a puerta, mal asunto.

Álvaro Cervera se la jugó con una alineación tan revolucionaria como conservadora, con un trivote de veteranos en la centralita -Mantecón, David Sánchez y Abel Gómez-, dos gladiadores en las bandas -Salvi y Álvaro García- y la briega de Lolo Plá en ataque en detrimento de Dani Güiza, en el banquillo en la primera final por el ascenso cuando si por algo fue fichado fue para estos momentos. Llamó la atención la presencia de Xavi Carmona en el lateral derecho. Le bastó su estreno con el nuevo técnico en el último choque liguero en Jaén -además de los entrenamientos- para ganarse la titularidad en el que hasta la fecha es el encuentro más importante de la temporada. Para sorpresa fue la arriesgada apuesta en el lateral izquierdo por el central Servando, una posición inédita. Los dos descartados de los 18 citados fueron Juanjo y Despotovic.

No empezó en modo arrollador el Cádiz ni mucho menos. Todo lo contrario. Las precauciones eran del tamaño del terreno de juego porque la prioridad absoluta era no recibir un gol. Doce minutos tardó en llegar al área contraria pero lo hizo con auténtico peligro. Álvaro García pisó el acelerador a fondo el acelerador, desbordó por velocidad y sirvió con precisión a Abel Gómez, que ya dentro del área estrelló su remate contra un defensa cuando la pelota iba bien encaminada a portería. Una ocasión clara que espoleó por momentos a los amarillos.

Los locales se vinieron arriba y con la presión dificultaron la salida del balón de un conjunto gallego al que le costaba la vida salir de su guarida. El Cádiz fue creciendo con el paso de los minutos aunque se encontró con un rival ordenado que dejó poco margen para la sorpresa. Con Salvi taponado en la derecha -siempre tenía dos jugadores muy encima- encontró un pasillo por la banda izquierda de donde nacieron las contadas oportunidades que fue capaz de generar. En el 24, una falta lanzada desde ese costado por Abel Gómez la sacó un zaguero con la testa. Los anfitriones aumentaron su intensidad y borraron del mapa a un Ferrol que capeaba el temporal como podía. Sólo faltaba el gol, una misión casi imposible porque si algo hacían bien los visitantes era defender.

El descanso irrumpió con el marcador intacto tras unos minutos finales en los que hubo más contacto físico que fútbol y la tensión creció sobre el césped. El Cádiz había dejado vivo a un adversario que supo parar un partido que sufrió continuos parones en la recta final del primer acto. Fueron mejores los gaditanos en líneas generales. Eso sí, carentes de gol. Un par de aproximaciones peligrosas, en las que ni siquiera tuvo que intervenir el cancerbero ferrolano, resumió el escaso bagaje ofensivo de los locales, aunque los visitantes, que notaron la ausencia de su goleador Joselu, ni siquiera llegaron a intentarlo y Alberto Cifuentes fue un espectador más. Las defensas se impusieron a los ataques en una primera mitad en la que la prudencia venció con claridad al atrevimiento.

El Cádiz disponía de otros 45 minutos para tratar de ponerse por delante y encarar la vuelta con ventaja. No era tarea nada fácil. Álvaro García no aprovechó un buen Abel Gómez justo después de la reanudación en el primer aviso de un Cádiz pleno de intensidad que parecía mantener el control del partido. Los amarillos estaban obligados a hacer algo en busca del gol. Cervera sacrificó Salvi y dio entrada a Dani Güiza para la última media hora. Lolo Plá pasó a la derecha y el jerezano se colocó en punta. Debían exponer mucho más los locales si querían viajar a Galicia con una renta aunque fuera mínima. El Ferrol se estiraba un poco pero con menos pegada aún que un Cádiz que no sólo no veía puerta sino que además ni siquiera disparaba a puerta.

El partido se volvió plano, con un Ferrol conformista y un equipo local venido a menos que no hallaba la fórmula mágica para romper la muralla. Lo intentó con pases en profundidad a Dani Güiza que casi nunca llegaron a su destino. Y cuando llegó, el ariete estuvo lento. Después hizo alguna floritura de que la no logró sacar jugo. Ni siquiera aprovechó el Cádiz los pocos errores del rival. Lolo Plá, lento, no sacó rédito tras una mala entrega de un defensa cuando se quedaban junto al área tres locales contra dos visitantes.

Los amarillos dieron un bajón mediada la segunda parte aunque recobraron el pulso al final con el oxígeno de Nana, justo a tiempo para el último arreón que tampoco encontró recompensa. En el 83 David Sánchez rompió la telaraña, se adentró en el área y se la puso a en bandeja a Carlos Calvo, que remató con dirección a gol pero el esférico rebotó en ex cadista Nano y se fue a córner. La clara ocasión despertó a la grada y a un equipo que apretó en la recta final en busca de un imposible, porque el empate sin goles fue inamovible.

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