La chiclanera Montse Solórzano comenzó en el arbitraje casi por casualidad. Aunque en casa desde niña le transmitieron la pasión por el hockey, no fue hasta 2007 cuando comenzó a interesarse por este deporte y a practicarlo durante su estancia en Barcelona por motivos laborales. Hoy, casi una década después, es árbitro en División de Honor en hierba y flamante internacional en sala, ascendida el pasado mes de marzo tras participar en el Europeo de Clubes de Lituania. Una carrera deportiva que, a sus 31 años, prácticamente acaba de comenzar y que compagina con su trabajo y con la maternidad.

-¿Cuándo empezaste a dedicarte al arbitraje? ¿De dónde viene tu afición a este deporte?

-Mi padre ha sido árbitro de hockey y mi hermano también lo es. Me fui a trabajar a Barcelona en el año 2005 y mi padre me animó a que me metiera en un curso de arbitraje, aunque nunca había jugado. Empecé en 2007, me gustó y hasta hoy. En 2011 debuté en División de Honor y dos años más tarde participé en mi primera Copa de la Reina. En casa siempre hubo afición, mi hermano intentó montar un equipo en Chiclana, fue jugador en San Fernando y ha sido árbitro a nivel nacional en División de Honor y mi padre lleva 50 años en el hockey.

-En este tiempo has llegado a División de Honor y recientemente has conseguido el ascenso a internacional en sala, ¿qué supone este paso en tu carrera?

-La RFEH pregunta la disponibilidad a nivel europeo y yo acepté. En hierba estoy en un grupo que es de formación, son tres años, pero como me he quedado embarazada he tenido que rechazar la designación que tenía en mayo. A nivel de sala también me pidieron si quería participar a nivel europeo y al primer torneo que fui, que fue en Lituania, el manager me dio nota de ascenso en su informe y decidieron promocionarme a mi. Estaba ya embarazada de 10 o 12 semanas, fui al torneo y me ascendieron, fue un poco sorprendente porque no pensaba que me iban a ascender en el primer torneo de sala que iba a nivel europeo. La nueva temporada empieza en septiembre, así que intentaré meterme de nuevo un poco en diciembre y para la segunda vuelta.

-¿Cuál ha sido hasta ahora el mejor momento de tu carrera?

-El torneo al que he ido en Lituania, el Europeo de Clubes. Me habían designado también para el Champions Trophy de hierba en Bielorrusia, pero no ha sido posible ir. Este para mi era el momento, pero lo he tenido que rechazar por el embarazo.

-¿Y hasta dónde te gustaría llegar? ¿Cuál es tu principal reto deportivo?

-Mi ilusión sería ser internacional en hierba, es una meta que veo alcanzable a medio plazo. Y como soñar sueñas con el Mundial, con los Juegos... pero lo veo difícil porque voy a tener dos niños pequeños y para llegar a eso tienes que sacrificar muchas cosas. Me he llevado un año entero arbitrando todos los fines de semana fuera, somos 9 o 10 árbitros en Andalucía para dos equipos y nos tienen que mover a Madrid, a Valencia, a Barcelona… Que todos los fines de semana me tenga que ir de mi casa para mi es un sacrificio, lo he hecho durante un año entero y es muy difícil y estoy hablando sólo a nivel nacional, si miramos ya a nivel europeo, que los campeonatos en vez de cinco días son de dos semanas… Tengo muchos pasos que dar todavía, para ir a unos Juegos hay que ir a muchos torneos y que te den notas de ascenso en todos para poder ascender, es muy largo pero tengo 31 años nada más.