La Juventus, recién proclamada campeona de la Serie A, es el último escollo del Madrid en su objetivo de convertirse en el primer club en reeditar el título, un reto que comienza ante un rival al que solo ganó en Turín hace 53 años. La posibilidad de convertirse en leyenda o de fracasar en la temporada está separada por una delgada cuerda. A expensas de un fallo del Barça en la Liga, al menos superó su primer escollo, el Sevilla.

Se trata de un clásico europeo, desde el 14 de febrero de 1962, fecha en la que se produjo el único triunfo del Madrid en Turín. Un gol de Di Stéfano dio el triunfo en los cuartos de final de aquella edición de la Copa de Europa. Las otras seis visitas ante el que fue en la época su bestia negra se saldaron con derrotas y un empate en el último precedente, el día que Bale marcó su primer tanto en competición europea de blanco. Será el galés la gran novedad de Ancelotti, que sabe que su futuro está en juego y condicionado a la conquista de un título grande.

La ubicación de Bale en el terreno de juego es lo que determinará qué jugador va al banquillo. Si juega en punta, como en los minutos en los que reapareció en Sevilla, será Chicharito el que salga del once. Si Ancelotti regresa al 4-3-3, el sacrificado sería Isco. Lo que parece seguro es la presencia de Sergio Ramos en el centro del campo. Finalmente, Benzema no llegó a tiempo y no formó parte de la expedición. Se suma a Modric en el capítulo de bajas importantes.

Massimiliano Allegri no desvela sus cartas y puede modificar su sistema. Apostar por una defensa de cinco pasa por su cabeza, juntando a Bonucci, Barzagli y Chiellini para anular la pegada madridista y plantear un modelo de partido similar al que expuso Diego Simeone con el Atlético, al que sólo pudo superar el equipo de Ancelotti en uno de los ocho duelos de la temporada y gracias a un gol postrero de Chicharito en cuartos.

Pirlo reconoce que el camino a seguir es el marcado por el Atlético. Él estará al mando del juego de la Juventus, un futbolista que vive sus últimos grandes momentos, como Buffon, una referencia siempre para Casillas, que con 37 años regresa a una semifinal.

El objetivo bianconero era recuperar a Pogba para las semifinales. El gran referente del equipo, líder en el centro del campo junto al chileno Vidal, tenía intención de forzar, pero han tenido que frenarlo. La rotura fibrilar que sufrió el 18 de marzo ante el Borussia de Dortmund no ha cicatrizado por completo. Apurará sus opciones en la vuelta del Santiago Bernabéu.

En Turín se respira euforia e ilusión ante la visita del Madrid tras la conquista del cuarto título liguero consecutivo. Se siente que es el momento de trasladar ese dominio a Europa, donde no accedía a semifinales desde la edición 2002-03, cuando precisamente eliminó al Madrid volteando la eliminatoria en Delle Alpi (3-1), antes de perder frente al Milan la final de Atenas.

Reservó Allegri a jugadores importantes como Morata en la visita al Sampdoria, y cuenta con Tévez en estado de gracia. El morbo marca el reencuentro con aquél, que se marchó cansado del club de su corazón, por falta de comunicación con Ancelotti y de oportunidades.

Para el Madrid será su quinta semifinal seguida con el buen sabor de boca de la última, con el vapuleo al Bayern de Guardiola. Lleva el equipo de Ancelotti 444 minutos sin encajar un gol a domicilio en Liga de Campeones. Además, para el madridismo, pronunciar Juventus es traer a su memoria el fin a 32 años de búsqueda de la orejona con el gol de Mijatovic en Amsterdam.