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España, a un paso del cielo

  • Silvia Navarro ata desde la portería el triunfo ante el vigente campeón continental, Montenegro, tras una sublime actuación La selección peleará por el oro contra Noruega

La selección española femenina de balonmano disputará seis años después de colgarse la medalla de plata en el Europeo de Macedonia su segunda final continental, tras imponerse en semifinales por 18-19 a Montenegro, vigente campeón, gracias a una nueva lección defensiva.

Liderada por una majestuosa Silvia Navarro, que cerró el choque con un espectacular 50% de paradas al atajar un total de 19 balones, la defensa sostuvo a un bloque que coqueteó con el desastre en el segundo tiempo después de una magnifica primera mitad.

Pero si en ataque (6 goles en los segundos 30 minutos) España se desplomó, en defensa las de Jorge Dueñas mantuvieron la misma intensidad que les permitió desnudar en la primera mitad todas las carencias de las balcánicas. Fue una clase magistral a base de movilidad y coordinación que no sólo entorpeció los lanzamientos de larga distancia, principal arma de las montenegrinas, sino que evitó la conexiones con la jugadoras de la segunda línea.

En este trabajo destacó la actuación de Barbosa, que lució velocidad de piernas para anticiparse continuamente a las trayectorias de las cañoneras balcánicas, quienes presionadas bajaron su efectividad. Esta circunstancia permitió a la selección dejar a toda una subcampeona olímpica como Montenegro en sólo dos goles (2-6) superado el ecuador de la primera mitad.

Pero el acierto no se limitó sólo a la retaguardia, ya que en ataque las guerreras lucieron argumentos que apenas habían mostrado en el torneo, como un efectivo juego con el pivote. Eli Chávez despejó las dudas suscitadas antes de la cita con un primer tiempo en el que concluyó con tres tantos. Estos goles se unieron a los de larga distancia, otra novedad: Marta Mangué, Nerea Pena y Beatriz Fernández sumaron para alargar la distancia (4-11).

Esta renta se redujo a cinco (8-13) al llegar al descanso tras algún que otro desajuste ofensivo, que anticipaba el calvario en que se convirtió cada ataque en la segunda mitad. De hecho, España a punto estuvo de dejarse escapar una final que parecía atada.

La joven Marina Rajcic, portera suplemente de Montenegro, fue un muro para las españolas. El cataclismo lo evitó Silvia Navarro, que respondió a cada una de las intervenciones de la guardameta balcánica con otra no menos soberbia parada, lo que impidió la remontada.

Aferrada a las intervenciones de la veterana jugadora, España nunca entró en pánico, ni siquiera cuando Montenegro, con un nuevo gol de Jovanka Radicevic, bajó la ventaja española a uno (17-18) a dos minutos para el final.

La selección tiró de oficio tanto para hacer llegar el balón a Eli Pinedo, que puso el 17-19 a poco más de un minuto del final, como para forzar en la siguiente jugada una falta en ataque para poner ya los dos pies en el duelo de mañana (18:00, Teledeporte).

No se apartó del camino hacia la final el equipo español ni con el postrero tanto de Radicevic para el 18-19 definitivo. Las guerreras alcanzaron seis años después su segunda final continental, en la que se medirá a Noruega, que se deshizo de Suecia por 29-25.

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