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El hombre de fuerte carácter que ascendió a la Ponferradina

  • Barragán bajó al equipo leonés a Segunda B pero un año después lo devolvió a la categoría de plata

Claudio Barragán Escobar (Manises, Valencia. 1964) estaba libre después de ocupar el banquillo de la Ponferradina las cuatro campañas anteriores tras haber dado sus primeros pasos como entrenador en el Elche. La mayor parte de su trayectoria como técnico la atesora en Segunda División A, aunque también acredita experiencia en Segunda B, incluido un ascenso en su currículum que pesa lo suyo a la hora de que el Cádiz se haya fijado en él.

Claudio es más conocido por su etapa como futbolista que como entrenador. Formó parte de aquel Deportivo de La Coruña, conocido como Súper Dépor, en el que fue pareja de Bebeto en ataque, ganó una Copa el Rey y fue subcampeón de Liga. Como jugador se enfrentó al Cádiz cuando los amarillos disfrutaban de su época dorada en Primera División. Sus buenas prestaciones le llevaron a jugar seis partidos con la selección española. Antes del Dépor militó en el Levante, Ceuta, Elche y Mallorca, y tras pasar por el cuadro gallego prosiguió su carrera en el Salamanca, Elche y Alone Guardamar.

Como técnico se forjó como segundo entrenador del Elche hasta tomar las riendas del conjunto ilicitano en la séptima jornada del curso 2008/09 con el equipo en zona de descenso al que sacó a flote, lo mantuvo en Segunda A (finalizó en el 12ª puesto) y se ganó la renovación, aunque fue destituido en los primeros compases de la temporada siguiente. Del Levante español dio el saltó a El Bierzo para hacerse cargo de la Ponferradina, en la categoría de plata, mediado el ejercicio 2010/11. No logró el objetivo de la permanencia pero, pese al descenso a Segunda B, se ganó la confianza del club y al año siguiente (2011/12) devolvió al equipo a la Liga de Fútbol Profesional tras superar las tres eliminatorias del play-off que también disputó el Cádiz, aunque sus caminos no se llegaron a cruzar. Los gaditanos cayeron por penaltis ante el Lugo.

De nuevo en Segunda A, en la 2012/13 condujo al conjunto leonés a un brillante séptimo puesto y no se metió en la fase de ascenso a Primera por un solo gol. La buena temporada le valió la renovación por una campaña más -la pasada- en la que el cumplió el objetivo de la permanencia al acabar en la 15ª posición. Después de tres campañas y media, decidió no seguir y estaba libre hasta que le llegó la oferta del Cádiz.

Claudio Barragán destaca por ser un hombre serio, impulsivo, de carácter fuerte que trata de imprimir a sus equipos. Le gustan los retos y el del Cádiz no puede ser más ambicioso porque se trata nada menos que de conseguir el ascenso. El presidente del club, Manuel Vizcaíno, explicaba ayer sobre el nuevo inquilino del banquillo que "creemos que en él confluyen las capacidades técnicas y personales para llevar la plantilla a conseguir el objetivo que se ha marcado el club. Es un entrenador con mucho carácter, tiene las cosas claras y la ambición de ser un entrenador grande en el mundo del fútbol".

El nuevo responsable del vestuario cadista dejó una buena imagen a su paso por la Ponferradina. De hecho, en el municipio leonés comentan que Barragán no se casa con nadie y siempre alinea a los jugadores que están más forma más allá de sus nombres. Dicen que sabe sacar o mejor de los jugadores y el ejemplo del delantero Yuri es el más palpable. El delantero ofreció su mejor versión con el valenciano como técnico.

Durante su estancia en el cuadro El Bierzo destacó además por su variedad táctica. Empleaba un 4-2-3-1 o cambiaba a un 4-1-4-1 cuando la situación lo requería, sin renunciar al 4-4-2, que sea el que quizás más use en la categoría de bronce.

A favor del nuevo inquilino del banquillo está la experiencia de un ascenso a Segunda División A, con lo difícil que es salir del pozo de la Segunda B. En su contra puede pesar que quizás no conozca en demasía el grupo IV, las características de los rivales ni los campos donde deba comparecer el equipo amarillo. Necesitará, como todo el que empieza en un trabajo, un periodo de adaptación que tampoco puede durar mucho porque las urgencias del Cádiz son de sobra conocidas. La misión es doble para el entrenador. La primera, llevar al conjunto gaditano a la primera posición. Para ello dispone de 24 jornadas por delante, tiempo más que suficiente aunque le ventaja del UCAM Murcia, ahora de ocho puntos, pueda parecer un mundo. La segunda, y definitiva, guiar al Cádiz a Segunda División A. Para eso ha recibido la llamada de los responsables del club.

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