Hace seis meses el Bayern Múnich naufragaba ante el Real Madrid y la filosofía de Pep Guardiola quedaba en entredicho. La marcha sin fisuras en la Bundesliga y la contundente goleada por 1-7 a la Roma espantaron las dudas: los bávaros vuelven a ser imparables.

"Dentro de diez años recordaremos esta noche", dijo a los jugadores el jefe de la directiva del club, Karl-Heinz Rummenigge, en la cena posterior a la gesta. "Vivimos una noche que me atrevería a calificar como cargada de historia".

La superioridad del Bayern en un partido que ganaba 0-5 en el primer tiempo fue tal que conmovió incluso al papa Francisco. Apasionado del fútbol, el pontífice argentino tuvo que comentar el encuentro para mostrarse "sorprendido" por la abultada goleada a uno de los grandes de Italia. "Anoche hicieron un partido maravilloso", dijo ayer al recibir a jugadores y directivos del Bayern en una audiencia en el Vaticano.

Diversos medios alemanes combinaron el partido y la visita al jefe de la Iglesia católica para hablar de un "Bayern divino" y de un juego "celestial". La prensa hurgó en la historia de la ciudad eterna y jugó con titulares que proclamaban el "saqueo" y el "hundimiento" de Roma a manos de los bávaros.

Y es que la cifras del campeón alemán impactan. Si con la victoria la noche del martes dejó casi sentenciado su pase a octavos de final en Europa, en la Liga alemana avanza imparable a la defensa del título como líder en solitario y con un imponente balance de 16 goles a favor y ninguno en contra en los últimos cuatro partidos.