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Un Barça de defensa, juventud y rotaciones

  • Las líneas maestras del manual de Luis Enrique ya aparecen claras tras un mes de resultados positivos

Un solo mes bastó para comprobar qué quiere Luis Enrique para su nuevo Barcelona: defensa, presión muy adelantada, rotaciones constantes y apuesta decidida por los jóvenes valores formados en la cantera.

El comienzo de la nueva era azulgrana está siendo fructífero, pues por primera vez en su historia el Barcelona sumó cuatro triunfos y ningún gol encajado en los cuatro partidos oficiales jugados en el inicio de temporada.

"Será un nuevo Barcelona", aseguró Luis Enrique en su presentación como nuevo entrenador del equipo azulgrana. Después de una temporada sin títulos importantes y con críticas al técnico argentino Gerardo Martino, el nuevo entrenador recuperó para el Barcelona viejas señas de identidad. Por ejemplo, la presión en campo contrario y la apuesta por los jóvenes formados en las divisiones inferiores del club.

Hasta siete futbolistas de La Masía entraron el miércoles en el once inicial que el Barcelona presentó ante el Apoel de Nicosia en su primer encuentro de la Liga de Campeones, finalizado con triunfo azulgrana por 1-0. Destacaron las inclusiones de los jóvenes Sergio Samper, Sergi Roberto y Munir.

A cambio, Luis Enrique dejó fuera de la convocatoria a consagrados como Sergio Busquets, Mascherano o Pedro. Además, Andrés Iniesta y un indiscutible hasta ahora como Rakitic se quedaron en el banquillo. Para él, las rotaciones son innegociables, independientemente del nombre.

Así lo explicó al término del encuentro: "Yo lo llamaría gestionar mi grupo y mi plantilla. Estoy convencido de que triunfaremos con la ayuda de todos y necesito a todos los jugadores. Ha funcionado".

Luis Enrique necesita dosificar muy bien los esfuerzos porque su propuesta es muy exigente físicamente. El preparador español recuperó la presión asfixiante en campo contrario, que le permite recuperar pronto el balón, pero eso tiene un coste. Así lo evidenció ante el débil Apoel, que acumuló llegadas en el tramo final del encuentro, con los azulgrana muy cansados.

"Los jugadores no son máquinas, necesitan estar finos, frescos, tener soluciones. Y cuesta", reconoció el entrenador.

Por otra parte, las rotaciones de Luis Enrique no parecen atender a nombres ni a tradiciones. Por ejemplo, sustituyó al portero chileno Claudio Bravo, titular indiscutible en el comienzo de temporada, por el alemán Ter Stegen. También confía en Samper, Sandro o Sergi Roberto, según se vio el miércoles

Además, Munir es junto a Messi el único jugador que ha sido titular en todos los encuentros jugados por el Barça en el inicio de temporada.

Pero, a pesar de los buenos resultados, Luis Enrique también aprecia que el equipo tiene aspectos por mejorar, especialmente en ataque. "Hay que solucionar cosas a nivel táctico. Los jugadores no son perfectos y atacar a equipos que se cierran no es bueno", insistió el miércoles.

Sólo el devenir de la temporada dictará si la revolución de Luis Enrique obtiene rentabilidad. Pero, por lo pronto, nadie podrá acusar al técnico de mentir: es un nuevo Barcelona.

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