Jorge Cordero, el nuevo director deportivo del Cádiz, dejó claro ayer en la rueda de prensa de su presentación que hasta el 31 de agosto queda mucho tiempo para cerrar la plantilla que se encargará de defender los intereses del Cádiz durante la próxima temporada en el grupo IV de Segunda División B. Comentó que hasta entonces se producirán tanto nuevas entradas como salidas y, aunque no soltó ninguno de los nombres de quienes corren peligro de ser descartados, confesó que ya se ha hablado con los jugadores con los que no se cuenta en un principio salvo que se produzcan acontecimientos inesperados en el transcurso de la pretemporada.

Desde hace semanas se viene hablando sobre la identidad de quienes poseen muchas papeletas para marcharse ya sea como cedidos o previa rescisión de contrato con el club amarillo. Todo apunta a que en ese grupo figuran los Mikel Martins, Fran Pérez, Fall, Kike López o Tomás.

El caso del último de esa relación es el que se activó ayer al saberse que el Toledo, conjunto que militará la campaña entrante en el grupo I de Segunda División B, pretende hacerse con los servicios del defensa algecireño forjado en la cantera cadista.

Puestos en contacto con el diario La Tribuna de la capital toledana, donde también había saltado ayer a la luz pública el interés por Tomás, desde allí aseguran que las preferencias del Toledo pasan por adquirir en propiedad al zaguero campogibraltareño pero sin desechar el asunto si el Cádiz se cerrase en banda y diera viabilidad tan solo a la opción de una cesión, solución que se antoja más probable tal como andan las cosas en estos momentos. Los contactos establecidos con los dirigentes del Cádiz, en cualquier caso, no han resultado muy fructíferos pues no se hallan muy convencidos de dejarle salir ahora por no dejar vacía la posición de lateral izquierdo en pretemporada a la vista de que Andrés Sánchez continúa sin estar disponible a causa de una lesión.

Por cierto, el Toledo firmó ayer a Aarón Bueno, otro jugador que perteneció al Cádiz.