Cultura

'La isla mínima' se confirma en San Sebastián como el 'thriller' del año

  • La cinta de Alberto Rodríguez recibe un caluroso aplauso en una jornada marcada también por el regreso de Ozon al certamen y un emocionante drama de Bille August sobre la eutanasia

Se cumplieron los pronósticos y la carrera por la Concha de Oro arrancó ayer con fuerza de la mano del que muchos consideran ya "el thriller español del año". Y es que La isla mínima, del sevillano Alberto Rodríguez, no defraudó las elevadas expectativas que había suscitado y entusiasmó a la crítica con una personal aproximación al cine de género.

Así, después de la fría recepción de The Equalizer -fuera de concurso- en la apertura de un festival que se inauguraba con el Premio Donostia a Denzel Washington, el nivel subió ayer con tres propuestas de lo más variadas. Esta segunda jornada -primera de la competición- también marcaba el regreso de François Ozon tras llevarse la Concha de Oro, y su melodrama sobre la búsqueda de la identidad sexual Une nouvelle amie volvió a cosechar un sonoro aplauso, aunque también se oyeron risas no buscadas por el director durante la proyección del filme. Para completar, el danés Bille August trajo un alegato en favor de la eutanasia con Silent Heart.

En La isla mínima, el director de 7 vírgenes y Grupo 7 se traslada a un pequeño y aislado pueblo de las marismas del Guadalquivir para narrar las pesquisas de dos detectives de métodos opuestos (magistrales Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez) que investigan la misteriosa desaparición de dos adolescentes. Corre el año 1980 y España, en plena Transición hacia la democracia, se encuentra aún dividida entre quienes abrazan el cambio con ilusión y quienes hubieran preferido que las cosas siguieran como hasta entonces. Y sobre esa redefinición como Estado planeaba, como en la actualidad, una grave crisis económica. "Rodamos en 2013 y había muchas concordancias con la España de entonces", reconoció Rodríguez durante la presentación a los medios. "Pero eso es como un río subterráneo que corre por la película", y que ayuda a enmarcar lo que los detectives descubrirán a medida que avanzan con la investigación: que la agricultura no es la única fuente de riqueza de la zona.

Rodríguez consigue mantener la tensión en todo momento con una puesta en escena que a muchos trajo a la cabeza la exitosa serie estadounidense True Detective. "Homicidios, unas marismas que parecen el Mississippi, y yo que soy tan guapo como Matthew McConaughey...", bromeó Arévalo, que brilla encarnando a este joven detective.

Mientras tanto, a pocos metros del Palacio Kursaal el ministro de Cultura José Ignacio Wert entregaba el Premio Nacional de Cinematografía a la guionista y productora Lola Salvador, a la que definió como una mujer "polifacética" y "comprometida con su oficio y con la sociedad".

En la segunda película del día, Ozon (En la casa) vuelve a ahondar en dos constantes de su cinematografía: el protagonismo femenino y un punto de vista diferente hacia la búsqueda de la identidad sexual. Así, en Une nouvelle amie demuestra una vez más que la suya es una de las miradas de autor más aclamadas del cine francés.

El actor Romain Duris, a quien muchos recordarán por la comedia Una casa de locos, encarna esta vez a un joven padre que, tras quedarse viudo, descubre la necesidad imperante de travestirse. En el camino hacia su propia aceptación le ayudará la mejor amiga de su mujer (Anaïs Demoustier), a quien esta transformación no dejará indiferente.

Ozon recordó durante la presentación cómo el filme coincidió con las multitudinarias manifestaciones en Francia en contra del matrimonio homosexual, y reconoció que se sintió decepcionado por la tibia defensa que realizó el Partido Socialista. "Por eso en la película no quise hacer pedagogía, sino emocionar. Que la gente pudiera entender la complejidad de la construcción de la identidad", explicó.

Una gran ovación recibió Silent Heart, en la que su director, el danés Bille August, se sumerge en un drama familiar que gira en torno al espinoso tema de la eutanasia desde el prisma de la "dignidad". La primera película con la que August compite por la Concha de Oro emocionó hasta las lágrimas a gran parte de los asistentes, con una historia compleja en la que la eutanasia es el punto sobre el que pivota un relato de relaciones humanas, familia y amor.

La eutanasia, ilegal en Dinamarca, ha sido objeto de debate en este país, explicó August, quien admitió que la realización de la película no le aclaró su postura sobre el tema sino que le ha planteado preguntas. Los cineastas "hacen preguntas con sus películas, son los políticos quienes deben adoptar las decisiones", subrayó.

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