Chiclana

El nivel de ocupación hotelera se desmarca de la crisis económica

  • El porcentaje de turistas que ocupan los hoteles del litoral chiclanero sigue manteniéndose en niveles similares a otros veranos · La ocupación alcanza el 95 % en la práctica totalidad de los establecimientos

Aunque la crisis económica incida hasta en los terrenos más insólitos de la economía, la situación de los hoteles de la costa chiclanera es, al parecer, bien diferente. El número de turistas que eligen los tranquilos enclaves de las playas de la localidad no sólo se mantiene con respecto a otros años sino que, en algunos casos, ha mejorado ligeramente. No obstante, si bien es cierto este dato también lo es que existen algunas diferencias, en torno a la reserva de las vacaciones, propiciadas por el efecto de la temida crisis.

Para el mes de julio de este verano, la ocupación de los hoteles de nuestra costa se mantiene en los saludables niveles ya exhibidos otros años, es decir, en torno al 90 ó 95 por ciento. Todos los responsables coinciden en que es éste un verano muy similar al anterior en el que el número de turistas no ha descendido notablemente. Al parecer, las vacaciones son consideradas por el grueso de la población española (más que la extranjera) como un bien de primera necesidad.

También es importante destacar, en cuanto a la procedencia de los visitantes, que en un número considerablemente mayor el turismo nacional es más importante en nuestra ciudad. Los datos giran alrededor de un 75 por ciento en el caso de los turistas españoles frente al 25 por ciento de la ocupación cuyo origen es extranjero. No obstante en algunos hoteles donde la apuesta por el turismo internacional es muy fuerte, los datos muestran que se ha alcanzado un equilibrio entre ambos tipos de procedencia. Además, dentro del grupo nacional, es mayor el número de visitantes del norte, generalmente del País Vasco y Madrid, que de cualquier otra localización geográfica de nuestro país. Por su parte los turistas alemanes constituyen una media del 80 por ciento del total internacional aunque también abundan los procedentes de Bélgica, Francia o Inglaterra que se reparten casi el total del 20 por ciento restante.

Por lo general, los turistas que eligen nuestra localidad para disfrutar de su descanso son muy variados aunque podría destacarse como un punto de conexión entre todos ellos un nivel medio-alto de poder adquisitivo. Predominan las familias en aquellos hoteles donde existe una oferta más atrayente para este tipo de turismo, mientras que otros, caso del Barrosa Palace, ofrecen un ambiente más tranquilo y propicio para las parejas. En cualquier caso, para todos la media de estancia es de una semana o díez días, tiempo que consideran suficiente para sus vacaciones. No obstante, las reservas suelen alargarse a medida que avanza el verano culminándose, con la quincena, a finales de agosto. Otros hoteles que ofrecen un turismo más especializado cuentan con un grupo muy fiel de visitantes que cada año se acercan a nuestras costas atraídos por sus campos de golf. En estos casos la media de reserva suele ser de dos semanas.

Aunque, en lo que a ocupación se refiere, la crisis económica no incida con demasiada virulencia, la constante agitación económica que vive nuestro país, si que ha modificado el perfil de las vacaciones. Los responsables apuntan hacia una disminución del tiempo de estancia así como el hecho de que las reservas se hagan "sobre la marcha". Esta es la diferencia fundamental con respecto a otros años en los que los libros de reservas estaban cerrados desde Mayo. No obstante, la previsión para los meses de agosto y septiembre es por lo general buena. Se espera que en torno al 80 por ciento de las plazas disponibles en los hoteles estén ocupadas para el mes que viene así como que en Septiembre se alcance una ocupación del 70 por ciento cifra, que aún sin ser extraordinaria, mantiene los buenos resultados de otros veranos.

En cualquier caso, todos los responsables coinciden en la fidelidad como rasgo dominante en el perfil psicológico del turista que se acerca hasta sus hoteles. Este hecho ha amortiguado el impacto de la crisis en un negocio al que ya podríamos catalogar como de primera necesidad. Y es que para las vacaciones se destina, cada vez más, una porción obligatoria del sueldo total de los españoles. Aunque la crisis golpee con fuerza la debilitada economía doméstica de los ciudadanos, siempre habrá un espacio de nuestro ahorro con el que nos tomaremos el descanso que tanto nos merecemos.

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