Enrique rojas guzmán. Poeta

"Almas sin licencia es un canto a las cosas que pasan desapercibidas"

  • El escritor chiclanero lanza su segundo libro en este año y afirma seguir trabajando a destajo

No es su trabajo. De hecho, asegura que sería imposible ganarse la vida hoy en día con la poesía. Sin embargo, saca tiempo para dar rienda suelta a sus pensamientos y plasmarlos en papel. "Me gusta, lo hago y me echa un cable", comenta Enrique Rojas, poeta natural de Chiclana y residente en La Isla mostrando su nueva obra, Almas sin licencia, de la editorial cántabra Fanes.

Ni es la primera ni será la última. Rojas cuenta ya con una extensa colección de títulos de su propia cosecha. Además, ha dejado su sello en el teatro y en el mundo carnavalesco, ya que ha compuesto comparsas para agrupaciones de Chiclana y San Fernando, y pretende tocar el género de la novela. Sin embargo, para él, Almas sin licencia es diferente a todo lo anterior: "Esta vez, todo tiene un hilo conductor. Mi anterior libro, Cara de nadie, fue una especie de batiburrillo porque lo saqué gracias a un premio y tuve que tirar del material que tenía guardado".

Almas sin licencia gira en torno al propio alma. Es un homenaje a las personas que pasan desapercibidas en la vida cotidiana. Así lo explica su autor: "Cuando uno va buscando inspiración y se va a un parque, se fija en la naturaleza, en un árbol bonito, pero no nos percatamos de que cerca de allí está la loca del parque sentada en un banco junto al alcohólico o el indigente. A ellos va dirigido este libro".

Rojas se decanta por Mi casa a la hora de elegir un poema especial de este libro, que, en su parte final cuenta con un apartado denominado Trozos con poemas más breves y algún que otro pensamiento.

Precisamente fue allí, en su casa, donde el chiclanero comenzó con su afición a la poesía, ya que, según cuenta, desde que tiene uso de razón se ha visto rodeado de libros. Culpa, entre comillas, a su hermano, puesto que recuerda haber leído poemas suyos que nunca se llegaron a publicar e indica, con cierto aire nostálgico, que a su madre le encantaba que le recitaran poemas.

A pesar de todos sus esfuerzos, Enrique Rojas es consciente de los problemas que atraviesa el mercado de este género. "La autoedición ha hecho mucho daño. Un poeta va a una editorial, le paga y eso sale publicado cuando, a lo mejor, puede que haya que darle alguna vuelta", opina. También asegura que hay mucha gente que "no sabe recitar correctamente" y compara a su género con la novela. "La poesía es muy peculiar, porque una novela puede gustarte a pesar de estar mal escrita porque lo que te gusta es la historia. En un poema, eso es impensable".

Por último, cuenta una anécdota que deja a las claras el problema del mercado: "García Baena dijo una vez que ganar el premio Príncipe de Asturias de las Letras le serviría al menos para vender 600 ejemplares de su libro". Darse a conocer es uno de los principales deseos de la poesía. Y Rojas trabaja a destajo para conseguirlo...

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