La ciudad cuenta desde el pasado viernes con una nueva cofradía, la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos Nuestro Padre Jesús del Amor, María Santísima del Dulce Nombre y San Antonio de Padua, con sede canónica en la Parroquia de San Antonio, en Fuente Amarga.

Fue durante la función dedicada a la titular mariana de la nueva corporación, celebrada el pasado sábado con motivo de los cultos por el Dulce Nombre de María, cuando el párroco y director espiritual de dicho grupo, el padre José Manuel Daza, dio a conocer la noticia, una decisión que se había tomado el día antes por parte del Obispado.

Así, este nombramiento, cuyo decreto será comunicado próximamente al Consejo Local de Hermandades y Cofradías para que se ponga en marcha el proceso habitual en estos casos, viene a culminar un camino que dio comienzo hace ya 13 años, en 2002, cuando un grupo de jóvenes cofrades de la localidad iniciaron un particular camino a través de la denominada entonces 'Cruz de Mayo La Victoria'. De los que allí comenzaron quedan ahora apenas cinco o seis integrantes de la actual corporación, aunque todos los demás estuvieron también presentes en el recuerdo durante la función del triduo en la que se dio a conocer la noticia, como parte de una historia que, 13 años después y con las idas y venidas propias de cualquier grupo humano, ha culminado de la mejor de las formas esperadas. Por el camino, y como el propio impulso principal de esta aventura, Rubén Jiménez, miembro de la actual junta, reconoce, "han quedado no pocas jornadas de trabajo, devoción y sobre todo mucha ilusión en un proyecto en el que han participado muchas personas".

Pero el nombramiento ahora como hermandad de este grupo parroquial no es fruto de la casualidad, ya que a sus espaldas pueden presumir de llevar aún el recorrido que ha hecho de esta joven pero experimentada agrupación uno de los grupos más consolidados y vocacionales de cuantos existen en las parroquias de la localidad, con una dedicación plena al trabajo por los demás y por las diferentes comunidades de las que han formado parte a lo largo de estos años. Atrás quedan periplos tan importantes como el que vivieron en sus comienzos, en San Telmo, como grupo parroquial desde 2006, después de tres años como grupo juvenil dedicado a la Cruz de Mayo; San Sebastián, San Juan Bautista y, por último, San Antonio, parroquia en la que son referencia no solo de fe sino también de ayuda y dedicación a su barrio.

Todo esto les ha servicio para que hoy Chiclana cuente con una nueva hermandad, un grupo que, como ha hecho desde su fundación, viene a sumar dentro de la vida religiosa, popular y social de la ciudad, con un marcado carácter solidario y una ilusión y un trabajo fuera de toda duda.

A partir de ahora, y a falta de los trámites y protocolos habituales en estos casos, es intención de la nueva hermandad celebrar próximamente un acto oficial en el que se haga público el nombramiento, aunque aún no se han concretado los detalles de dicho encuentro.