Alrededor de 150 peces, la mayoría de ellos de reducido tamaño entre 4 y 5 centímetros de longitud, aparecieron muertos ayer en uno de los márgenes del río Iro, donde estuvieron agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que investigan las causas de la mortandad de estos peces.

Los ejemplares fueron hallados en la mañana de ayer entre los puentes Chico y Azul, si bien todo parece indicar que los peces proceden de una instalación privada, ya que se trata de pequeños robalos que pudieron ser criados en algún estero y que, posteriormente, fueron arrojados muertos a un caño.

Del mismo modo, también parece descartado que el río Iro contenga algún tipo de contaminación en sus aguas que haya originado la muerte de los peces como ya ocurriera en otros casos cuando se detectó la presencia de gasoil.

En cualquier caso, los agentes del Seprona han abierto una investigación para saber con exactitud la procedencia de los peces.