Aunque el clima no permitía lucir las gafas de sol que tan bien acompañan a los fines de semana carnavaleros, durante el mediodía de ayer en el barrio del Mentidero lucieron, brillantes, las coplas y el ingenio. Coros y romanceros se convirtieron en los reyes de una fiesta con multitud de invitados. Apenas se podía acceder  al centro de la plaza alrededor de la cual giraban las bateas. Las vías colindantes fueron territorio de parejas de romanceros y algunas agrupaciones ilegales.  

Mientras que 'La cañonera' ofrecía su repertorio en la esquina con Hércules, la formación de Luis Rivero, 'Khumbayá', hacía lo propio en la intersección entre Ceballos y Cervantes. En ambas esquinas, el público se agolpaba aplaudiendo cada tango. En cambio, muchos gaditanos y foráneos se acercaron ayer a esta zona en busca de cuplés y parodias callejeras. La encontraron, digo que si la encontraron. Sin salir de la calle Navas se podía escuchar tres propuestas diferentes entorno a las cinco de la tarde. De ellas, el grupo que más expectación levantó fue el de la 'Asociación Folklórica Aldea Fría del Bierzo' que, prácticamente, taponaba el acceso a la plaza de las Viudas. A unos metros, 'El profeta del fin del planeta y unos mayas majaretas' repartían sus locas predicciones por doquier y justo en mitad de la vía los orientales de 'Que? Na!? Shi no... Xuan' hacían de las suyas. 

Ante tal oferta, los más espabilados daban un rodeo para acceder a Viudas, los más pacientes o ávidos de empujones, se atrevían a atravesar Navas. El caso es que en la recoleta plaza obtenían su premio en coplas. Entre otros grupos, un Pulizia Nazi o na peleaba con una perro-flauta muy reivindicativa. Antonio Labajo y Blanca Puente interpretaban sus personajes de 'De tal palo tan costilla' ante un buen número de aficionados.  Siguiendo la senda marcada por los papelillos, se podía llegar hasta Veedor donde 'El romancero de Grey' congregaba a otro buen puñado de personas, al igual que la 'Chirigota 3020. Los que acabaron el segundo puente' que actuaban en la misma calle. Vías todas ellas plagada de comercios que aplaudían la iniciativa del Carrusel del Mentidero y que, a su vez, favorecían la iniciativa con precios asequibles para todos los bolsillos. 

Pero es complicado poner límite al Carnaval. Así, muy pronto, el ambiente del Carrusel del Mentidero contagiaba a los alrededores llegando, incluso, a la calle Ancha, Palillero y Columela.  La fiesta se expande a sus anchas.