Comparsa

Paco baja aunque sea a la Sabana

Localidad: Sevilla

letra. José Antonio Gobea Llamas.

música. Alfonso Miguel González de la Flor.

director.  Juan Carlos Nevado Boza.

el tipo. Turistas que se pierden en la selva.

En cuartos: Pierden, lógicamente, el efecto sorpresa de su presentación cuya primera parte se interpreta a oscuras. Y es que Paco, el pobre, es un turista que se ha perdido en la Sabana y se pasa buena parte del repertorio subido a un árbol mientras lo acechan las fieras de la selva.

Bajan para interpretar los pasodobles, bien entonados con mucho gustito. En el primero le hacen un contrato basura, por "doscientos euritos", y ellos se autoconvencen de que les conviene, con mucha ironía, claro, mientras que Susana Díaz se gasta "ocho millones" para adelantar las elecciones. 

Letra para los gaditanos que están fuera de su tierra, como algunos de los miembros de esta chirigota. Un pasodoble hermoso que encierra muchas verdades como el cariño con el que se recibe a los gaditanos en Sevilla aunque, claro, a estos emigrantes gaditanos les falte " su madre, su comparsa y su Caleta".Una letra sentimental en la que los chirigoteros se emocionan.

En los cuplés, sin embargo, su repetorio comienza a decaer. En el primero hacen una parodia del anuncio del Gordo. En este caso, el camarero le da coba y le empeta diez papeletas del colegio del niño en el sobre. Otro chiquillo para la segunda letra. Esta vez el protagonista es e suyo que es un enamorado de la cultura nipona, termina en chiste, "que le come el sushi a la novia con dos palillos". Ya digo, flojitos.

En el popurrí combinan algunos golpes simpáticos como su amor con la hiena (que está "pelá igual que su Chari") con alguna cuarteta más desagradable como la escatológica. Estos chirigoteros han realizado un digno pase de cuartos de final aunque no creo que los veamos en semifinales. De todas formas, pueden estar contentos  y bajar del árbol muy tranquilitos. 

En preliminares: "¿Quien viene a mi bosque a despertarme?" Oscuridad en el escenario. "Yo que vine a la Sabana y me he acojono en Doñana". Encienden las luces y contemplamos el espectáculo, unos turistas subidos en los troncos de los árboles de la selva porque están acechándoles las bestias salvajes. Impacto visual y algún toque para la presentación. Turistas miedicas que, sin embargo, no se vienen abajo para entonar un pasodoble, el segundo, de tirón de orejas para un paisano suyo que hace unos días se presentó por aquí con una comparsa de repertorio polémico. "No molesta que cantes a tu tierra sino que utilices a mi ciudad para tu guerra (...) Ofende tu actitud y que aparezcas con el cuchillo entre los dientes". Vamos, le leen la cartilla. El primero, más típico, de paralelismo entre la selva y la situación de nuestro país. Están bien cantados. Los cuplés están bastante más flojos, al programa  Adán y Eva y de un muchacho que tiene un yamentiendes que le sirve para hacer los selfies. Y otro cuplé de poesía, de las dos. En el popurrí se curran mucho las vueltas a canciones populares. Algunas cosas están bien, otras se ven de lejos.

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