Localidad: Chiclana

letra. Francisco Javier Macías Tinoco.

música. Manuel Benítez Molina.

Dirección. Manuel Benítez Molina.

tipo. Parodia del justiciero televisivo Águila Roja.

En cuartos: "Para cuidarte y para salvarte el estornino ya está aquí" con una presentación donde prima la percusión de todos los colores, de bulería a la rumba al 3x4. Que "el que se pase va a llevar candela" de parte de este "justiciero honrado y legal que lo que pueda quitar te lo quita". Más rítmica y lírica que ingeniosa. Igual les ocurre en los cuplés, los interpretan muy bien, muy chirigoteros ellos, pero no funcionan muy bien, les falta  un pelín de gusto. En el primero se autoproclama como "el tío más chulo de todo el carnaval", y entre fanfarronería y fanfarronería rematan que es tan chulo que fue al hospital a operarse "de fimosis" y con lo que le sobró "metió al Pellejo en 'Los Inmortales'". En el segundo, su mujer es una loca de la moda "que se conoce todos los mangos de Cádiz menos el suyo". Los pasodobles, con ese estilo clásico que ellos llevan al extremo y que se convierte en su sello, combinan la crítica con el tributo. El primero, crítico, está dirigido al ministro Wert pues unas declaraciones en las que dice que hay que "erradicar el acento andaluz". Ellos responden que "si afuera suena a chiste esta nación" es "porque nos gobiernan cuatro chuflas". El segundo (con truco) es pasodoble en homenaje al pasodoble. Creo que hasta aquí llegaron. 

En preliminares: Compás por bulerías, una mijita de rumba y a morir en el 3x4, en el bombazo. Bueno, en los bombazos, porque presumen de tipismo con intensidad en presentación, pasodobles y popurrí . Demasiado para mí. Enérgicos superhéroes un poco más guatis que Águila Roja que basan su repertorio en el pellizco. Pero el pellizco continuo. Vamos que duele. En la presentación, muy bonita, van cambiando de ritmo, del flamenco al Carnaval, para conseguir una pieza alegre, bailable pero que no busca hacer gracia (sólo tiene un punto, lo de “más miedo que el dentista de Luis Suárez”). Pasodoble añejo, añejísimo, a los poderes que le gustaría tener para defender a los más débiles pero con un final aleccionador donde se dan cuenta que hay problemas que  los podemos solucionar nosotros mismos, que no hace falta ningún justiciero. Y de la crítica al homenaje, al autohomenaje, en cierta manera. Cantan “a su ritmo chirigotero, tratatachero”. El que siempre se queda “a su verita”. Preciosa letra a esa “divina trinidad” que son el soniquete, “el colorete y el plumero”. Si el segundo cuplé  no está mal con el reto por “el ELA” protagonizado por carnavaleros que termina con recuerdo a Loreto; el primero no tiene nada de gracia. Y del popurrí se salvan un par de cuartetas como la última, con su pellizcazo, y la de los busquimanos, pues el resto tiene lindezas como que no le importa que su hermano sea mejor que él porque el muchacho “juega con muñecas”). A ver en el próximo pase...