Comparsa

OBDC El show de Pinocchio

Localidad: Cádiz

letra y música. Germán García Rendón.

director.  Jesús Henry Sotelo.

el tipo. Pinochos que son, en realidad, presentadores de televisión. Una crítica al poder al que le conviene los programas basura para tener al público atontado.

En cuartos: Las mentiras de Pinocho ocupan "nuestro prime time"en una presentación que dice mucho, que dice tanto, que es un espejo, aunque no nos guste el reflejo que nos devuelve. Buen pase el de los chicos de Germán García que apuestan por puntos de vista poco usuales en las letras de este Concurso. Siempre buscando la diferencia, la transgresión, es que defienden en el segundo pasodoble recordándoles, con respeto, a los maestros de la comparsa que en su tiempo fueron también rebeldes (hasta Paco Alba lo fue). No les falta ni un poquito de razón. Antes, en el primer pasodoble el autor también dejaba constancia de su soltura con la pluma con una letra donde "nuestros viejos, agotados, están locos  por jubilarse, y yo (los jóvenes) sentado en un parque". Los cuplés son demasiado largos (casi un pasodoble) y tiene mucha gracia (más gracia tiene la cuarteta del popurrí de las noticias con final para Sergio Ramos). En el primero la comparsa se convierte en empresa; en el segundo se meten con su larga nariz con varias comparaciones. En el popurrí, a veces, antepone el mensaje a todo lo demás. Eso es bueno y es malo. Según el objetivo. Para mí, a semifinal. 

En preliminares: OBDC ya es tetralogía. Y deja de ser futuro para ser, también, presente. Me gusta las hechuras de esta comparsa. Me gustan las cosas que dice. Me gusta su manera de abordar los temas y la inteligencia que demuestra su autor interconectando ideas que, en principio, parecen alejadas: la televisión y el personaje de Pinocho (dos tipos que ya hemos visto  pero que, en la metáfora que proponen ellos, se enriquecen).  OBDC a la caja tonta. Un “trozo de leña sin corazón” es la televisión y con “Pinocchio” como presentador, mentiras “en prime time” que creó “un Geppeto” para congraciarse “con el poder y el consumismo”. En el primer pasodoble reflexionan sobre la autenticidad de autores y carnaval en estos tiempos donde las coplas se cantan “con camisetas de escote en una discoteca”. “Cádiz ayúdame a no cambiar y a no cambiarte con los años”. Qué hermoso. En el segundo se endurecen para dar fuerte a la Universidad de Cádiz y el caso de las tarjetas del anterior equipo rectoral, “cum laude en caros restaurantes” mientras “se caen los techos a futuros ingenieros”. Los cuplés son muy flojos pero en el popurrí, marca de la casa, critican siempre con base, sabiendo lo que dicen. 

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