Letra. Francisco José Fernández Díaz.

Música. Francisco José Fernández Díaz.

Director. Rafael Verdugo Leal.

El tipo. Integrantes de una carroza en el desfile del Día del Orgullo Gay.

En cuartos: La Cabalgata del Orgullo Gay cierra sesión. Color, fiesta, coreografía y cero prejuicios. Y Lady Gaga en una presentación con más alegría que gracia. Aún así ponen una nota positiva a estas altas hora de la noche. Y  menos frívolos y más profundos se muestran en los pasodobles. Los dos, a su manera,  muy metidos en el tipo. Y los dos, también, de mucho calado. En el primero le cantan a la bandera gay que "representa a mucho más que un país o a un continente". Aunque el desarrollo, explicando qué significa cada color, aporta menos novedad, tiene muy buen remate: "mi bandera es de guerra contra las barbaries y desigualdades" contra los países que aún "aplican penas de muerte contra los homosexuales". El siguiente, una dura crítica para esos que se dicen hombres, "los que pagan por los besos" y luego "presumen con los amigotes"; para "los cabezas rapadas" que pegan "palizas a los homosexuales"; para "los hombres de vino y desprecio", "de puro y coñac que dicen que las maris están para limpiar". Sin embargo, caen en los cuplés, bastante flojos. En el primero para la prohibición de insultar en los estadios y hacen decir al público un improperio para recordarles que los multan; en el siguiente salvan a una chica que se queda inconsciente porque iba mirando el móvil y con el desfibrilador le cargan hasta el móvil. El popurrí tiene alguna cosa, pero creo que no llegan a semifinales.

En preliminares: "Vamos a dar que hablar", advierten antes de abrir cortinas y descubrise que van montados en una cabalgata, no de Reyes, de Reinas. Cabalgata del Orgullo Gay que se mueve, en la presentación, entre temas de Lady Gaga y Beyoncé, con sus pequeñas coreografías y todo.   Color, calor y alegría. De hecho, la pieza inicial me parece más alegre que graciosa. Lo mismo que le ocurre al popurrí. Muy buena elección de las canciones, gran final con el I will survive, pero faltan golpes. Demasiados de lo mismo, incluso aunque vaya al tipo. Eso sí, el grupo interpreta de categoría, la mejor chirigota que ha cantado hasta ahora en el Concurso (bueno, y mejor  que muchas comparsas también). Otro punto a su favor es el pasodoble, de buen patronaje y de buena costura. El primero, casi de presentación, es a su vecina Mari Pili, la primera de la larga lista de personas que lo juzgaron, riñeron y recriminaron por ser quien era. "Me decía maricón, el rarito de la Trini, pero luego presumía de misa y procesión". La primera de la lista de la larga lista de hipócritas, porque "aún quedan muchas Mari Pilis escondidas".  En el siguiente también utilizan su tipo como percha. Su juguete favorito era el ropero de su madre, ponerse sus vestidos aunque luego se tuviera que "disfrazar" con camisa y pantalón  en su vida diaria. Un disfraz porque "en la vida hay mucho disfraz que cuenta distinguir", cantan, criticando al corrupto, al cura que abusa de menores, a la Corona y al banquero. "La carroza está pará y estoy loca por encontrar un muchacho que la empuje por detrás". Entrada a los cuplés, con mejores detalles que desarrollo, de hecho, comienzan bien jugando con el doble sentido "Yo la tengo grande" (la tele) y "Siempre la meto" (la voz). El primero a Chabelita, que es hija de la Pantoja pero de Puerto Rico  y a los que se llevan parte y media, también se la deberían de dar cuando el grupo se come una holoturia...  Nos veremos en cuartos fijo, el resto, ya se verá...