Localidad: Cádiz

letra, música y dirección. Juan Manuel Braza Benítez.

tipo. De Cupidos sinvergonzones que vienen a buscarle novia a Cádiz y acaban coladitos por sus huesos.

En semifinales: El amor llega a todos los rincones del Falla con estos cupidos que aplauden al público por aguantar como campeones a las horitas a las que esta agrupación desgrana su repertorio (terminan más allá de las tres y media de la mañana). Pero el amor mantiene el ánimo. Sobre todo con ese pasodoble tan gaditano que en esta fase tiene dos letras muy cariñosas. La primera a un "viejo chirigotero"  y a su historia de "amor eterno" con la chirigota pues es la manera que de que perdiera la cabeza, "loco, loquito, loco" (¿quizás Manolo Santander?) por su "gran pasión", "cantarle a Cádiz con el corazón". La segunda letra es un canto a una Andalucía unida a través de los grandes artistas de nuestra tierra porque "si hay que barrer para casa, se barre para Andalucía" (en claro toquetazo a la comparsa de Sevilla). Los cuplés no me terminan de convencer. El segundo, todavía, a los que vienen a la fiesta al despiporre y a la manera que tienen estos Cupidos de impedirlo. Pero el primero, a las parejas que rompen es un poco regulero con Kico Matamoros que me acabo de enterar que tiene una señora. El pase de hoy no me convence pero por anteriores hay posibilidades. 

En cuartos: Cupido nos recuerda cómo la lió desde los comienzos de la Humanidad, que el único fruto del amor "es la banana, Eva, no la manzana". También cogen la retahíla de todas las parejas que ellos han juntado ( el Lulu al pan con el foe grass), presentación con sus golpes pero lo que nos enamora es  ese padoble con tanto saborcito, tan elegante y mecido, sin exageraciones porque no las necesita para lucirse. Una melodía al corazón que bombea aún con  más fuerza en el segundo pasodoble con un letra que va  para el barrio de Loreto  donde "el Ayuntamiento no da la cara", "más claro, agua". Gran letra, bien hecha, bien trazada, con una contundente crítica final, "ojalá se atraganten los que no se dignaron a aparecer cuando Loreto moría de sed".  El primero, contra la violencia de género, quizás esté menos cuidado pero encierra una gran crítica, que los amores violentos no son amores. Otro de los puntos fuertes del pase de hoy de la chirigota del Sheriff ha sido la intensidad con la que han defendido el repertorio. Tanto cuplés como popurrí han sido interpretados con mucha alegría y energía para parar un tren. Las letras, bueno... Desiguales. En el primer cuplé a vueltas con Loreto, pues una mujer del barrio gana un programa gastronómico haciendo un puchero "sin agua". El siguiente, que me recuerda a un reportaje que hizo este Diario del Carnaval sobre las parejas carnavaleras, nos cuentan las uniones fruto de su intervención ( Peña con Masa, Love y Cabra, Rivas y Pardo, Popo y Lupo...) el remate para Subiela, que los trae "locos" porque lo han juntado con el Carli, Martínez Ares, Antonio Martín, Tino... "No tengo ya más flechas para ti", se indignan. Está simpático y contado con ánge. El popurrí creo que es más efectista que efectivo pero, la verdad, es que se echa un rato coronado con un bonito final. Nos vemos en semifinal. 

En preliminares: Cupidos que entonan, hieráticos, La melodía encadenanda en los primeros versos de la presentación. ¿Qué pasa aquí? ¿Qué quietos están? Rápidamente tornan su melodía en chirigotera y alegre. Ahora sí se parecen a la chirigota del Sheriff. Con sus movimientos por el escenario, sus conversaciones entre Sheriff y Lulu, su efectiva cuarteta final (“vine a buscarte novio y soy yo quien de ti se ha enamorado”) y, sobre todo, con un pasodoble que tiene un pellizco y unos bombazos que ponen a bombear el corazón de cualquier carnavalero. Así, esta chirigota mantiene lo mejor de su sello de identidad, y lo peor también porque incide mucho en las mismas ocurrencias y, aunque tiene momentos graciosos (el Perdóname del popurrí, es un ejemplo) también lo rellena de gracietas fáciles del mismo tipo (¿por qué le dirán amor cuando quieren decir sexo?) Los temas de los pasodobles, hermosísimos, tanto la carta de amor a Cádiz como el relato de la triste situación de Cádiz con su experiencia como cartero real. Cuplés muy al tipo (mejor el primero) a las parejas que han unido (a ver si se unen las dos puntas del segundo puente) y a los flechazos con final para las uvas de Canal Sur.