Localidad: Cádiz

Letra. Lucía Pardo Carrillo.

Música. José Manuel Zampaña Rodríguez.

Dirección. María José Ortega Braza.

Tipo. Monjas en el convento.

En semifinales: "Dios bendiga este tango gaditano", rezan al comienzo de la pieza. Y sí que es gaditano en su composición, y bien cantado. Gran trabajo de estas coristas que llegan a la fase semifinal con gran "gozo en el alma". Gozo y alegría que se refleja tanto en presentación como en el popurrí, que dan muy buen rollo y donde cuentan  la visión de la fiesta de unas hermanas que nunca han disfrutado del Carnaval. Visión femenina que se obvia en un primer tango que juega al engaño y si alguien cree que escucha (lo más necesario) a unas mujeres clamando por la violencia contra la mujer por la que cada año mueren a un número indecente de ellas, pues está equivocado. En el primer tango se meten en la piel de un hombre maltratado (aunque no se lo crean, últimamente, en el Concurso se le canta más a las víctimas masculinas que femeninas). En el segundo sí se empoderan para el asunto clave de la mujer en el Carnaval. Cada año "nuevas hermanas" se suman a la fiesta en un camino "que es largo y que no es sencillo". Su tango "va por ellas" y las anima a seguir intentándolo. En los cuplés, más flojitos, Juan Carlos Aragón las llama y dejan tirada a la autora del coro y, por otro lado, tienen un sueño erótico con el sacerdote del coro. El popurrí es una de las piezas más destacadas del coro ya que nos dan un viaje muy distraído. Eso sí, pienso que habría que apretar un poco en las letras para aspirar a final.

En cuartos: Las buenas impresiones que este coro nos dejó en preliminares se confirman con una nueva interpretación sólida y acompasada. Da gusto escuchar a estas mujeres que tanto en las partes más rítmicas como en las más melódicas saben mantener el tipo. Quizás flojean con las letras de los tangos que, a pesar de su dignidad, no llegan a sorprender. En el primero parten de sus recuerdos de la infancia y de sus ansias de ser corista para brindar un homenaje a sus maestros. Coristas que hoy son compañeros (y que salen a escena a recibir la letra) . El siguiente gana mucho por la manera de interpretarlo (un piano muy bonito que sólo se levanta al final) y la media luz a la que está el teatro. Las monjas rezan un rosario "especial" porque sus oraciones van por "los que están en paro", por "el trabajador que gana cuatro perras", por "los abuelos que sostienen a las familias"... Y mandarían "al infierno" a los culpables. Efectista. Cuplé sobre ofensas en el fútbol con remate para el jurado y siguiente, mejor, con coña para el coro de Luis Rivero. Popurrí muy distraído. Pero albergo algunas dudas sobre el pase.

En preliminares: “La canción es para mi pueblo como la vista para mis ojos” (Qué verde era mi valle,John Ford, 1941). Creo que no hace falta explicar el porqué traigo a colación la frase de este clásico imprescindible en la quinta sesión preliminar del Concurso de Agrupaciones 2015, aunque es aplicable a la quinta, a la primera, a la décima, a los cuartos, a la semifinal... La canción para mi pueblo. La vida. 

Y el alma. Que se lo digan al coro que abre la sesión que con el Eres tú de Mocedades nos relatan los avatares de una monja gaditana (potente solo) que contagia el espíritu carnavalero al resto hermanas del convento. Mezclan el ambiente de Sister Act  (presentación y popurrí) con el afán reivindicativo (tangos) de Sor Lucía Caram, por ejemplo...  

“Dios bendiga al tango gaditano”, el leitmotiv de la pieza donde las hermanas se ponen protestonas para pregonar que “la vida real” no es “el Carnaval” y que hay cosas “de más importancia” por eso están “hartas de fanfarrones” (autores e intérpretes endiosiados). Siguiente, el tipo se lo pone en bandeja, contra los curas que abusan de los menores.  Letras correctas defendidas por un buen grupo femenino que decide hacer un guiño musical a su idea en el tango.  Ambos cuplés verde flojito y flojitos, también. Al un gel frío/calor y al programa Adán y Eva. Mejor el estribillo. El contenido del popurrí , ni frío ni calor pero, hijas del amor hermoso, qué bien afinadas estáis.  Me voy a lanzar. Podemos.