En una jornada muy plácida en lo deportivo por la clara victoria del Cádiz sobre el Betis B (0-2), la peor noticia llegó con la agresión sufrida antes del partido por un grupo de seguidores cadistas, cuyo balance fue de cinco heridos, uno de ellos de consideración que al cierre de esta edición permanecía en el Hospital Virgen del Rocío de la capital sevillana.

Tal y como explicó ayer a este periódico Miguel Cuesta -consejero cadista que junto a otros dirigentes estuvo representando al club en el encuentro-, que a su vez expuso los hechos tal y como se lo contaron los aficionados afectados por la agresión, "todo se desencadenó en torno a las tres de la tarde, cuando este grupo de seguidores -perteneciente a Brigadas Amarillas- estaba paseando por las inmediaciones del Benito Villamarín y la Ciudad Deportiva Luis del Sol -dos recintos que están muy cercanos uno del otro-, con intención de acercarse a las taquillas de la ciudad deportiva para comprar las entradas con las que acceder al partido". "Según me han contado ellos -agregó Cuesta-, en ese momento aparecieron unas 50 personas (identificadas como aficionados del Betis) que portaban piedras, botellas y algún bate de béisbol, y se montó la trifulca y se produjeron las agresiones".

Los incidentes, que duraron algunos minutos hasta que llegó la Policía a la zona de Los Bermejales, se saldaron con cinco seguidores cadistas heridos, que fueron trasladados al Virgen del Rocío. Sobre las siete de la tarde abandonó el centro médico el grueso de este pequeño grupo que fue atendido de golpes y algunas heridas, quedando únicamente en el hospital el aficionado que desde el principio presentaba daños de mayor consideración.

La Policía no realizó ayer ninguna detención entre los aficionados béticos que, tal y como relataron los hinchas cadistas, fueron los impulsores del incidente, si bien existía abierta una vía de investigación a fin de esclarecer los hechos y poder depurar responsabilidades. No obstante, no hay que descartar que se produzcan detenciones en los próximos días.

Miguel Cuesta mostró ayer su sorpresa por los lamentables hechos registrados antes del encuentro entre el Cádiz y el filial bético, admitiendo que "para nada lo esperaba". "Cuando el viernes hablé con la Federación de Peñas, me dijeron que seguramente se llenarían dos autobuses y que Brigadas iba a intentar llenar otro. No había sospechas de que esto pudiera suceder", lamentaba el consejero, que estuvo en todo momento pendiente de los aficionados heridos.