Cádiz CF

Primeros gritos contra el técnico

  • Un pequeño grupo pide su dimisión ante Tribuna al finalizar el partido

En una tarde para quedarse en casa por culpa de la inclemencia meteorológica, al cadismo le tocó vivir un partido muy bipolar en el que disfrutó tanto como sufrió. De la risa al llanto; de la alegría al enfado; de frotarse las manos a golpearlas por la ira y la impotencia... Todo ello el día en el que salieron a relucir los primeros gritos contra el entrenador.

La lluvia apareció por la capital gaditana en Liga para estropear un duelo esperado; esperado por la necesidad y las ganas de salir del bache. El aguacero casi constante durante los 90 minutos provocó que la afluencia de espectadores bajara a los cerca de 9.000; no está nada mal, pero muchos abonados prefirieron la manta y el sofá.

Los que no se desplazaron al Ramón de Carranza se perdieron un arranque muy bueno, dos goles muy aplaudidos y un choque más que encarrilado. También se ahorraron el sufrimiento tras el descanso, sobre todo los últimos 20 minutos, y el cabreo final de volver a casa mojado y con la 'cara partida'.

El césped aguantó como pudo el agua que desde el sábado cae en Cádiz, aunque a medida que avanzaban los minutos muchas zonas empezaban a quedar maltrechas. Y la afición echó mano de todo lo posible para soportar el temporal. No es bueno en materia de seguridad que los tramos cubiertos de las escaleras de acceso a las gradas (Preferencia y ambos Fondos) estuvieran ocupados por aficionados.

El primer gol del UCAM hizo el silencio, pero el empate trajo el pesar y el dolor de una masa social que se enfrascó y pitó a los suyos cuando el colegiado, un Guardia Civil de profesión, decretó el final. A partir de ahí, quejas de todo tipo. Y pocos minutos después en la calle, ante la grada de Tribuna, un pequeño grupo de personas gritaba contra Álvaro Cervera, al que pedían que presentara su dimisión al tiempo que le culpaban de que el equipo se echara para atrás en la segunda parte.

Un escenario habitual cuando lo deportivo no marcha como es lo deseado, como es ahora el caso, y el personal ve una semana más a su equipo en las posiciones que conducen a Segunda B. Queda un mundo, lo que se dice siempre, pero ya hay una jornada menos para empezar a reaccionar.

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