El capricho del destino convierte el encuentro del Cádiz contra el Rayo Vallecano en territorio madrileño en un duelo que presenta varias similitudes en relación con la anterior cita liguera disputada por ambas escuadras en el campo del conjunto con sede en la capital de España.

La última que se enfrentaron Rayo y Cádiz en Vallecas, en un partido encuadrado dentro del torneo de la regularidad, fue hace siete años en Segunda División A en la octava jornada, como la del próximo domingo. Esa es la primera coincidencia.

El segundo hecho que se repite es la puntuación del conjunto amarillo. Si ahora suma ocho puntos después de siete jornadas, hace seis campañas acreditaba la misma cifra. Segunda coincidencia. El balance en ambos casos era de dos victorias, otros tantos empates y tres derrotas. Tercera coincidencia.

El Cádiz, entrenado entonces por Javi Gracia, ocupaba la 14ª posición, dos peldaños menos que la de ahora, aunque la diferencia de dos puntos sobre la zona de descenso es común en las dos temporadas (el Murcia, 19º, llevaba seis puntos en el curso 2009/10, los mismos que el Almería en la actual andadura). Cuarta coincidencia.

Hay alguna similitud más. El Cádiz compareció en Vallecas el 17 de octubre de 2009 justo después de haber perdido en el Ramón de Carranza la semana anterior, como también sucede ahora. Quinta coincidencia. Los gaditanos habían caído 1-3 en casa frente al potente Cartagena (el cuadro murciano firmó la mejor campaña de su historia), al igual que el pasado domingo cedieron (0-2) en su feudo ante el Real Oviedo.

En 2009, el Cádiz llegó al choque contra el Rayo con la necesidad de puntuar y arañó un empate (2-2) que le sirvió para colocarse octavo y esquivar en ese momento los puestos de peligro. Los locales se adelantaron dos veces por medio de Rubén Castro (actual delantero del Betis) y Míchel, pero cada gol encontró la respuesta de Ogbeche, autor de un doblete.

Para repetir la historia hasta el final, el cuadro amarillo deberá sacar un punto de Vallecas que no sería malo frente a un adversario poderoso. Aunque siempre queda la oportunidad de cambiar el rumbo con una victoria que sería un golpe de autoridad y daría tranquilidad a un equipo gaditano que busca su primer triunfo lejos de casa en su vuelta a la categoría de plata.