Cádiz CF

Garrido pasa de señalado a idolatrado

  • El pivote vasco se convierte en una pieza esencial para que el equipo funcione y se lleva todos los elogios

Las cosas han cambiado para mejor en Jon Ander Garrido, que ha pasado de tener un pie fuera del equipo al empezar la pretemporada, a convertirse en el primer mes de competición en el jugador más importante del Cádiz. Todo ello con el 'trago amargo' que significó para él saber que el director deportivo le acusó públicamente de salir en exceso por las noches. La respuesta del jugador vasco se está produciendo en un escenario bien diferente a los que solía frecuentar en su época de bajón. "La noche me confunde", que decía Dinio García, parece que forma parte del pasado del cadista.

Lo sucedido ante el Numancia es la prueba más fiel del compromiso y la preparación de un jugador que llegó hace dos años para ser importante y que se fue apagando como una vela. Lo de esta temporada es toda una prueba de fuego para él desde el momento en que salieron a la luz sus coqueteos con la madrugada. Aquello le llegó al alma, como manifestó en la entrevista publicada el pasado viernes por Diario de Cádiz, y su objetivo es volver al nivel que provocó que el Cádiz se fijara en él en 2014.

Por el momento su respuesta no deja dudas y ante el Numancia se produjo la reconciliación con una afición desorientada por su inadecuada vida como futbolista profesional. La masa social del equipo sabe que necesita la mejor versión de Garrido, la que se está viendo desde la primera jornada.

El choque contra la escuadra soriana tuvo dos caras muy diferentes. La primera, con un centro del campo perdido que era propiedad del Numancia y con los cadistas corriendo como pollos sin cabeza mientras eran sometidos en cuanto a posesión. Ese equipo rancio contaba con Eddy Silvestre y Abdullah como jugadores referentes desde la medular, buscando siempre el enganche con Rubén Cruz y la amenaza de las bandas. Pero fue incapaz de tener el balón o recuperarlo para la causa. El empate sin goles al descanso fue una buena noticia -a pesar de los pitos del respetable- porque el Numancia fue claramente mejor.

Álvaro Cervera entró en vestuarios al descanso sabiendo que era obligado echar mano del hombre que hasta antes de ese partido lo había jugado todo, Garrido. Siendo jornada de entresemana era deseo del entrenador no cargar con más minutos al pivote vasco, pero las circunstancias obligaban a tomar esa decisión porque, además, Eddy estaba ya con una cartulina amarilla. Garrido entró por el ex del Córdoba y se abrió un partido nuevo. El Cádiz tuvo por primera vez en la noche presencia real en la zona ancha y el rival lo acusó porque perdió el balón, el sitio y la iniciativa. Difícilmente se puede decir que un jugador hace un equipo salvo con Messi y Cristiano, pero Garrido fue capaz de cambiar un guión escrito con renglones torcidos.

La recuperación del balón fue el primer síntoma para buscar un encuentro distinto, abierto y claro para el Cádiz, cerrado y oscuro para el Numancia. Fresco al estar recién entrado al césped, Garrido puso el punto y coma a cada jugada que era un mar de dudas hasta el descanso. Como le pasa a Ortuño con los extremos, el vasco hizo mejor a los que no estuvieron en la primera parte, y al final, en el último suspiro, encontró la recompensa anotando un gol -el primero de su carrera en la categoría de plata- de un valor enorme por lo que hubiera significado no ganar el partido.

El centrocampista nacido en Bilbao hace 26 años ha participado en las seis primeras jornadas de Liga (cinco como titular), acumulando 495 minutos. En ese tiempo ha sido capaz de realizar 44 recuperaciones de balón, una cantidad a tener muy en cuenta y que es oro molido en un conjunto como el amarillo. Álvaro Cervera ha repetido en diversas ocasiones que su equipo no es ni mucho menos una referencia para tener la posesión del balón, de ahí a que precise de un cazabalones como Garrido.

Con 44 recuperaciones de balón, Garrido dobla la cifra de otro centrocampista como Álvaro García (21 recuperaciones) y la distancia es mucho mayor con otros compañeros de demarcación como Salvi (15), Abdullah (13) y Mantecón (8). El pivote vasco no dispondrá de descanso el domingo y tendrá que acumular en una semana dos partidos y medio.

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