Cádiz CF

Victoria épica en el descuento (1-0)

  • Un gol de cabeza de Garrido en el 94 deja los tres puntos en Carranza en un partido de poco fútbol y muchas ocasiones para los de Álvaro Cervera

Quién le iba a decir a Jon Ander Garrido cuando hace un par de meses se dudaba de su continuidad en el equipo que a día de hoy iba a ser el líder del Cádiz de Cervera. El mediocentro vasco representa la entrega, la garra, el coraje que el míster quiere ver en su equipo. Ya dijo el técnico que "la pelea no se negocia" y en las batallas nada como un soldado como Garrido, que anoche sumó a su repertorio una nueva faceta como goleador. El ex del Barakaldo salió al rescate de los suyos tras el descanso -esta vez comenzó en el banquillo- y además de dar consistencia a un equipo amarillo poco acertado en los primeros 45 minutos se encargó de anotar en el descuento el gol de la victoria, merecido triunfo para un Cádiz que a falta de fútbol tuvo ocasiones más que de sobra para llevarse los tres puntos. 

Se esperaban cambios en el once y los hubo, aunque ni mucho menos se produjo una revolución. Sankaré y Rubén Cruz fueron las caras nuevas en la alineación, dando descanso a Servando y Garrido. La entrada del sevillano en la mediapunta supuso además que Eddy retrasara su posición respecto a los últimos partidos, acompañando a Abdullah en un doble pivote que ganaba en creatividad aún sacrificando algo de músculo. El rival, por su parte, sorprendía dejando en el banquillo a su referente, Julio Álvarez, mientras que el excadista Javi Acuña partía como titular en la punta de ataque. 

 

El Cádiz salió enchufado y no tardó en cercar la meta de Munir. A los cinco minutos Salvi dispuso de una clarísima ocasión tras un jugadón de Ortuño, que se fue de su par por potencia y sirvió el pase de la muerte, pero el sanluqueño se precipitó y su disparo lo rechazó Escassi prácticamente bajo palos. En el diez replicó el Numancia con una jugada similar, pero Aridane se adelantó en el área para despejar el peligro. El canario era el más entonado de una zaga algo dormida en el inicio del encuentro. Diez más tarde, fue Pedraza el que falló el remate de forma increíble cuando se encontraba completamente solo en el área pequeña. Iban ganando terreno los de Jagoba Arrasate con el paso de los minutos, aprovechando la falta de seguridad atrás de los amarillos. Salvo Aridane, los zagueros no estaban teniendo su día y el centro del campo se contagió, perdiendo el sitio y la pelota.

El Cádiz no reaccionaba y los sorianos demostraban estar mejor plantados sobre el césped, aún sin excesiva claridad en los metros finales, como demostró Acuña con un disparo muy desviado en el 35. El público no lo veía nada claro y por primera vez en la temporada aparecieron los pitos en Carranza como 'premio' al pobre espectáculo que estaban ofreciendo los suyos. Aridane y Ortuño, que buscó el tanto con buen remate desde la frontal en el 42' que se marchó fuera por poco, sobresalían dentro de la línea mediocre del equipo. El empate a cero al descanso era una bendición para un conjunto de Álvaro Cervera superado durante esta primera mitad.

El técnico no tardó en reaccionar y tras el paso por vestuarios se quedó en la caseta Eddy -muy flojo partido el suyo- y entró Garrido, que se ha convertido en un pilar fundamental del equipo en este arranque de temporada. Tampoco esperó mucho para cambiar a Rubén Cruz por Aitor García, en busca de la frescura y el descaro del onubense.

Los amarillos comenzaron a dar muestras de recuperación y en el 66 disfrutaron de una doble ocasión que el meta visitante Munir se encargó de desbaratar. Primero, repelió como pudo un potente disparo de Garrido desde la frontal y, acto seguido, tiró de reflejos para sacar el lanzamiento a bocajarro de Sankaré, a apenas un metro de la línea de gol. Al menos daban síntomas los cadistas de estar en el partido, una buena noticia visto lo visto hasta el momento. La recuperación se confirmó en el 75, con otro gol clarísimo marrado en esta ocasión por Álvaro. Ortuño se marcó un jugadón, su disparo lo rechazó Munir y el utrerano, que se la encontró en boca de gol, no acertó a colocarla entre los tres palos con el meta fuera de plano. Increíble la ocasión que se le escapó al ex del Granada.

Estaba mejor el Cádiz en la segunda parte pero el Numancia no renunciaba a dar la sorpresa y en el 84 casi llega el 0-1 tras un gran tiro de Pablo Valcarce que rechazó en corto Alberto. Sankaré evitó in extremis y desde el suelo que Manu del Moral anotara a puerta vacía. Milagroso que la jugada no acabara en gol. Tampoco se explicaba Carranza como Güiza, que recibió el pase de la muerte tras una gran internada de Álvaro, la mandó fuera cuando lo tenía todo para remachar a gol. Dos minutos después volvió a disfrutar de una clara oportunidad el jerezano, que se obcecó con el remate cuando tenía en posición franca a Aitor para el remate en el segundo palo. Aún sin practicar un gran juego, en ocasiones los cadistas ganaban por goleada, pero no había manera de romper el empate. 

Tanto fue el cántaro a la fuente que por fin, en el 94, Garrido se disfrazó de Sergio Ramos para cabecear en el segundo palo una jugada a balón parado ejecutada por Güiza. Una acción en la que los visitantes pidieron falta de Ortuño al portero y a la que el árbitro dio validez. Como fuere, gol merecido por la cantidad de ocasiones de los cadistas y que desató la locura en Carranza. En el último suspiro Alberto Cifuentes amarró los tres puntos con una gran parada y el Cádiz logró así sumar su segunda victoria en la competición. Aire para los de Cervera.

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