Cádiz CF

Güiza y su pasado glorioso

  • El delantero se reencuentra con el Mallorca, equipo que le valió de trampolín para ganar la Eurocopa con España después de ser el máximo goleador de Primera con 27 tantos

El partido entre el Cádiz y el Mallorca (programado para el próximo domingo a partir las diez y media de la noche) aparece en el calendario del ejercicio 2016/17 como uno de tantos que debe disputar el conjunto amarillo en su vuelta a Segunda División A aunque en este caso adquiere el rango de especial al tratarse del primer encuentro en casa del conjunto amarillo en la categoría de plata seis años y dos meses después de aquella victoria (4-2) estéril frente al Numancia que no sirvió para evitar el descenso a escalón de bronce.

Para Dani Güiza también tiene un significado particular el partido porque enfrente estará el equipo en el que tocó el cielo como futbolista. Un añadido sentimental, un toque nostálgico que queda por debajo de las enormes ganas que tiene el atacante de jugar y marcar goles con el Cádiz en Segunda A. En el Mallorca rubricó la mejor temporada de su carrera, la que le condujo a la selección española y le hizo ganarse un contrato millonario en el Fenerbahçe turco. Ocho años después Güiza se reencuentra con su pasado más glorioso, el que le llevó a dar un salto cualitativo en su trayectoria. No todo el mundo puede decir que ha ganado una Eurocopa.

La campaña 2007/08 fue la de la definitiva explosión del jerezano, que ya había dado muestras de su valía en el Getafe el año anterior después de haber recuperado su olfato goleador en el Ciudad de Murcia cuando parecía haber perdido su gran oportunidad de hacer algo grande en el mundo del balompié.

En la escuadra balear -en su tercera etapa en ese club- fue capaz de sacar jugo a todo su potencial. Marcó 27 tantos, una cifra nada despreciable con la que lideró la tabla de máximo goleador de la Liga y le valió para ser Bota de Plata europea como segundo mejor anotador del viejo continente. Es el último pichichi nacional en Primera División. Después le sucedieron un tal Forlán, un tal Messi, un tan Cristiano Ronaldo y un tal Luis Suárez. Casi nada. Es difícil ver producto nacional al frente de los artilleros.

Aquel magnífico curso en el Mallorca le abrió de par en par las puertas de la selección española -acumuló 20 internacionalidades- con la que fue campeón de la Eurocopa en 2008 -el inicio de la mejor etapa de España en el fútbol- y alcanzó la gloria como profesional.

Como no puede ser de otra manera, en la isla guardan un buen recuerdo del ariete, uno de los artífices del notable recorrido que por entonces trazaba el Mallorca antes de un sufrido presente que incluye un peligroso coqueteo con el descenso a Segunda División B.

A sus 36 años recién cumplidos y con las ganas de un juvenil, Dani Güiza saborea el sprint final de su carrera en el Cádiz y si se recupera a tiempo de sus molestias en una rodilla -no pudo entrar en la convocatoria para viajar a Almería-, quizás pueda medirse al equipo que lo encumbró como futbolista y al que ahora querrá marcar los goles que entonces hacía con tanta asiduidad. El Cádiz es lo que ahora más le importa. El delantero aportó su grano de arena con media docena de goles y su esfuerzo para devolver al equipo amarillo al lugar que le corresponde. Pero no se conforma y quiere más. La nostalgia de los buenos recuerdos es bonita pero está lejos de una realidad y un ambicioso reto presente que el jerezano cuece en su mente: subir con el Cádiz a Primera. Sería un excelente broche de oro a su dilatada trayectoria.

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