Todo está por decidir en la primera eliminatoria de la fase de ascenso pero con el inconveniente para el conjunto amarillo de jugarse su supervivencia en la competición en campo contrario después de no aprovechar los 90 minutos que tuvo en casa para ponerse por delante. Cádiz y Racing de Ferrol se cargan de motivos para reforzar su moral tras el empate a cero del partido ida disputado la noche del pasado sábado en el estadio Ramón de Carranza. Se centran en los aspectos positivos y en corregir los negativos. El equipo local llevó el peso, fue el único que creó ocasiones claras, aunque fueron pocas, y por momentos llegó a anular a un adversario que, con la ausencia de su futbolista de referencia, Joselu, tampoco mostró su verdadera cara al apostar por conservar el marcador inicial.

El Cádiz no ganó el partido pero al menos mantuvo la portería a cero, una de sus prioridades. Si consigue marcar en A Malata contará con más posibilidades de clasificarse para la segunda ronda. Un triunfo o un empate con goles metería a los gaditanos en el siguiente cruce. Un nuevo cero a cero llevaría el duelo a la prórroga y quizás a los penaltis. Una derrota sería el triste el epílogo de la temporada. Puede pasar de todo y en manos de los futbolistas queda.

Los gallegos salieron con vida del Carranza gracias a la igualada y parten con la ventaja de que la eliminatoria se resolverá en su campo en un partido en el que ya podrán contar con el goleador Joselu una vez cumplida su sanción por acumulación de amonestaciones. El cuadro ferrolano escondió sus cartas con vistas a la vuelta y se preocupó más de las labores defensivas que del ataque. Delante de su parroquia lo lógico es que busque más la portería contraria, pero no puede descuidar la suya.

Se prevé un choque de vuelta a priori similar al de la ida mientras continúe el empate a cero. Muchas precauciones por miedo a recibir un gol. En el momento que uno de los dos perfore la portería, el guión cambiará por completo y el que vaya por detrás se verá obligado a volcarse en ataque.