Jumilla-Cádiz

Por la puerta de atrás (0-0)

  • El conjunto gaditano saca el billete para la fase de ascenso como cuarto clasificado tras un mísero empate en un partido espantoso y la posterior derrota de La Hoya Lorca

La derrota de La Hoya Lorca ante el Granada B hizo bueno el punto que el Cádiz arañó en el campo del Jumilla en uno de los peores partidos que quizás se haya disputado en categoría nacional en mucho tiempo. El empate permitió al equipo amarillo meterse como cuarto clasificado en la fase de ascenso. Lo hace de la peor manera posible. Sin abandonar su mala racha. Por la puerta de atrás, más por demérito de su perseguidor que por méritos de una escuadra que no levanta cabeza a falta de sólo tres semanas para el inicio del play-off. Aunque la clasificación no es cien por cien matemática, es imposible que se le escape la cuarta plaza porque le lleva seis puntos al cuadro lorquino, justo los que restan por dirimir, y la diferencia de goles en el coeficiente general -en el particular están igualados- es de 21 a favor de los gaditanos.

El Cádiz supera el corte y peleará por el ascenso. El problema es que empeña en exhibir su mal momento de forma allá por donde va y ayer no tuvo miramientos para demostrarlo frente al Jumilla, uno de los rivales más endebles del grupo IV al que le bastó un poco de orden para contener a un equipo gaditano que, como ya había advertido Nana, no asusta a nadie, y menos si luego tenía que estar pendiente de lo que hacía La Hoya Lorca en el terreno del Granada B.

El Cádiz no reacciona con el nuevo entrenador. Es un equipo del montón en Segunda B. No se despoja de los malos síntomas que propiciaron el relevo en el banquillo y encadena la friolera cifra de seis jornadas consecutivas sin ganar en las que sólo ha sumado dos puntos de 18 con los que pretende meterse en la puja por el ascenso. Para subir debe dar un giro de 180 grados en muy poco tiempo. Misión harto complicada.

En territorio murciano ni siquiera ofreció minutos decentes como la primera media hora ante el Mérida. Fue un horror de principio a fin en un partido infumable que no debió repartir un solo punto a ninguno. En el patio de cualquier colegio se juega mejor al fútbol. Que el austero Jumilla no ponga en aprietos al cuadro amarillo entra dentro de la lógica dada la enorme diferencia que hay entre ambos. Lo que no encaja en los parámetros de lo normal es que el Cádiz no despliegue un solo recurso en pos de una victoria que no ve la manera de conseguir. Si lo hace así de mal ante los pequeños, ¿cómo actuará cuando llegue la hora de enfrentarse a los más fuertes de la división de bronce?

El Cádiz no responde ni como bloque ni en el plano individual. No hay factor desequilibrante en un equipo que aumenta su seguridad atrás ante un contrincante sin pegada pero se queda sin recursos arriba. La carencia de ideas dejó sin ocasiones a un equipo que si ayer tiró a puerta fue casi de casualidad en un encuentro que manchó el buen nombre del fútbol porque no se puede hacer peor. Una tortura.

De poco sirvieron los cambios en el once. Cuatro novedades presentó la segunda alineación de Álvaro Cervera en relación con la se estrenó en el banquillo. Volvió a la portería Alberto Cifuentes tras cumplir un partido de sanción, colocó a Nana con la idea de aportar energía a la medular, colocó a Carlos Calvo de extremo derecho y a Dani Güiza, ya recuperado, en punta.

Jumilla y Cádiz protagonizaron una de las peores primeras partes que se recuerdan sobre un campo de fútbol. Un espanto. Ni una ocasión que llevarse a la boca. Ni una sola jugada digna de mención. Nada de nada. Los dos equipos rivalizaron en desaciertos y el choque se desarrolló por los parámetros que beneficiaban al modesto, quizás sorprendido por la inoperancia de uno de las presuntos candidatos al ascenso que ayer se volvió a mostrar como un mediocre conjunto de Segunda División B, sin argumentos con los que poder afrontar el salto de categoría.

Tan importante era el partido para uno y otro que los dos equipos se dedicaron más a guardar su área que a pisar la contraria. Coincidieron en la premisa de dejar la portería a cero con la intención -de ahí no pasó- de aprovechar cualquier acción aislada en ataque. Los habituales minutos de tanteo se extendieron tanto en el tiempo que ninguno de los contendientes fue capaz de ir más allá de deshacer lo que intentaba el otro. Un lamentable espectáculo dañino para la vista.

Las oportunidades no sólo brillaban por su ausencia sino que no había el más mínimo atisbo de peligro salvo en jugadas de estrategia mal resueltas. Fue tan poco lo que hicieron los amarillos que sobresalieron los errores, como el balón que se le escapó a Carlos Calvo dentro del área (minuto 16) cuando se quedaba solo delante de Seral. En el 20 cancerbero local atrapó sin dificultad un flojo lanzamiento lejano de Lolo Plá en el primer y único intento con dirección a puerta.

El Cádiz intentaba llevar la iniciativa a base de presión pero se topaba con un rival ordenado atrás que cerraba espacios sin sufrimiento. La batalla del centro del campo derivaba en un combate nulo que en nada favorecía los intereses de un conjunto amarillo que no borraba las malas sensaciones que arrastra desde hace más un mes. Los pases largos por alto acababan en nada y la pizarra tampoco funcionaba. El Cádiz disponía de varios de saques de esquina lanzados sin remate.

El guión no variaba un ápice en la reanudación. El balón iba de un lado a otro sin control y el Cádiz sólo encontraba el área a balón parado, aunque sin llegar a poner a prueba a Seral. Álvaro Cervera quitaba a Güiza, extrañado por su cambio, y daba entrada a Salvi en busca de más velocidad. El sanluqueño se ubicaba de extremo derecho, Carlos Calvo pasaba a tres cuartos y Lolo Plá adelantaba su posición.

Los amarillos daban por fin señales de vida en ataque, aunque de manera tímida. En el 63, Salvi cabeceaba fuera y un minuto después soltaba un latigazo lejano que se marchaba desviado. Escaso bagaje para un Cádiz que aparecía más arriba sin llegar a meter miedo a un rival que empezó a mostrar dudas aunque trató de inquietar desde la estrategia. El preparador cadista se jugó la carta de Jandro en el último cuarto de hora en busca de una victoria que se resistía porque el Cádiz no tiraba a puerta. Los gaditanos acorralaban al adversario en el sprint final pero ya era demasiado tarde. En el séptimo córner (minuto 78) conseguía rematar por fin aunque sin premio merced a un cabezazo de Migue que despejaba Etamane. El partido, malísimo, estaba condenado al empate sin goles. No cabía otro desenlace después de noventa y tantos minutos de aburrimiento.

Árbitro: Muñoz Pérez (valenciano).

tarjetas: Rojas Expulsó al jugador local Inestal por doble amonestación (60' y 91'). Amarillas Mostró cartulina al local Verdú (59') y al visitante Aridane (75').

incidencias: Encuentro correspondiente a la 36ª jornada del campeonato nacional de Liga, encuadrado dentro del grupo IV de Segunda División B, disputado en el Municipal de La Hoya en presencia de unos 750 espectadores, entre ellos un grupo de aficionados cadistas.

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