SE volvió a ganar el domingo pasado, pero ¡qué trabajito cuesta abrir la lata!. El Cádiz tiene ahora por delante dos partidos fundamentales antes en enfrentarse al Murcia, en el que puede ser el partido que decida esta temporada. Digo que puede ser porque si nos empeñamos en seguir haciendo el canelo mientras que los murcianos suman puntos y luego nos dan la puntilla en su estadio, se acabó la temporada en lo que aspirar al primer puesto concierne. Y si mantenemos los puntos de diferencia actuales, siete, pero nos logran ganar allí se nos irán a diez y más de lo mismo. O sea que no nos cabe otra que sumar seis puntos en estas dos jornadas ante Villanovense y La Hoya, esperar que el Murcia pinche y confiar en que seamos capaces de ganar en Murcia. ¿Mucho pedir no?. Pues visto lo visto sí, pero confiemos y deseemos que puede ser posible. El por qué de cómo está el Cádiz esta temporada es algo que se me escapa. Está claro que en esta categoría todo el mundo tiene como misión ganarnos, que para algunos equivale a conquistar la Champions, por lo visto.

Está claro que no podemos menospreciar a ningún rival y que no vamos a ganar solo con el nombre y el escudo. Pero no es menos cierto que somos el Real Madrid o el Barcelona de la categoría, con un presupuesto sideral comparado con la mayoría de equipos del grupo y con un estadio una asistencia de público en un solo partido que casi todos los equipos del grupo no alcanzan ni sumando todo el publico de todos sus partidos en casa. ¿Entonces qué falla?. No hablo ya del Play Off, donde te tocan huesos duros. Hablo de la liga regular, donde no somos capaces de imponer esa supuesta superioridad. Año tras año venimos escuchando el mismo rollo de la presión, de jugadores acojonados ante la impaciencia de la grada. Y no hay manera de terminar, salvo contadas excepciones, una temporada donde se esté arriba del todo sin demasiados problemas. Y así va a ser imposible salir de donde estamos. Es cierto que el fútbol es imprevisible y el año que peor pinten las cosas te puede sonreír la fortuna y acabar ascendiendo. Pero no es lo normal. Lo normal es que una plantilla, que debe ser superior a la mayoría de equipos y que son unos afortunados en el aspecto laborar comparado a los jugadores del resto de plantillas, dominen el campeonato con cierta facilidad.

Y en lugar de eso estamos todos los años haciendo las cuentas de la lechera. Esperando que fallen los demás en lugar de sumar nosotros y dejar que sean los otros los que usen la calculadora. Mucho me temo que este año y a estas alturas no va a cambiar la tónica. Pero por lo menos vamos a pelearlo. Lo que pasa es que comentarios como el de Claudio Barragán diciendo que "para ganar allí (en Villanueva) necesito 16 tíos con corazón y ganas" no ayudan mucho al optimismo. Recordar a los jugadores que tienen que tener eso es que normalmente no lo tienen. Mal rollo. Eso debe presuponerse a cualquier futbolista que se ponga la camiseta del Cádiz. Y al que no… puerta.