Está bien claro que Claudio Barragán se está jugando últimamente su continuidad en el banquillo una semana sí y la siguiente también. Hace dos jornadas se libró de milagro de ser decapitado tras la derrota en Algeciras, como el propio presidente ha llegado a reconocer públicamente. El pasado sábado, frente al Marbella, se barruntaba que podía ser la despedida del valenciano porque el equipo amarillo no estaba dando pie con bola, pero entonces se produjo la decisión salvadora del árbitro de turno, que pitó en el área malagueña un penalti que casi nadie apreció. Vamos, que si no le hubiese echado el cable Pedro Eugenio Muñoz Piedra quizá a estas horas su nombre estaría en las listas del paro.

De cara al futuro inmediato, la suerte de Claudio Barragán irá lógicamente ligada a los resultados que se vayan consiguiendo, pero existe un dato histórico que podría hacer dudar a Manuel Vizcaíno si volviera a plantearse la disyuntiva de cargarse o no al entrenador. Como se recoge en la tabla adjunta, los 12 ascensos de categoría logrados por el Cádiz -los dos primeros aún bajo su antigua denominación de Mirandilla- se obtuvieron sin que mediara en ningún caso la destitución del técnico que comenzó la temporada. Solo en la campaña 1934/35 contribuyeron dos, pero simplemente porque tras haberse quedado en puertas con Kinké al mando aprovechó un partido de repesca ya en pleno agosto de 1935, con Rey al frente de la nueva plantilla.

Claudio Barragán, tras relevar a Calderón, estuvo a punto de romper el curso pasado este maleficio que ahora puede ayudarle a salvar la cabeza si las cosas se tuercen.