Cádiz CF

El presupuesto obliga

  • El Cádiz, con 4 millones de euros, vuelve a ser el club de Segunda B con la previsión económica más elevada y es el que más presión tiene para conseguir el ansiado ascenso

El Cádiz vuelve a ser uno año más el buque insignia de Segunda División B. Es, con diferencia, el club con mayor presupuesto y el que más respaldo social tiene, aunque ni una cosa ni otra es garantía de éxito. Ninguna otra entidad enrolada en la categoría de bronce se acerca ni por asomo a los aproximadamente 4 millones de euros de partida económica que prevé el inquilino del Carranza para la temporada que ahora empieza, una cifra similar a la del curso anterior, incluso superior a no pocos conjuntos de Segunda A. Ahora esta por ver cómo cubre tan ambiciosa previsión -todavía no ha aprobado el presupuesto del curso 2014/15, que terminó el pasado 30 de junio-. Tampoco hay quien se acerque a los 11.000 abonados cadistas que han sacado su carné en una muestra palpable de la inagotable fe de una afición que no abandona a su equipo pese a su permanente condena a malvivir en el tercer eslabón del balompié patrio.

El elevado presupuesto del club gaditano, reflejo de la gruesa estructura que mantiene en una categoría nada rentable, le coloca de manera inexcusable en la pole position para pujar por el liderato del grupo IV desde el primer minuto y después librar la cruenta batalla deportiva en pos del ascenso. Es la obligación de la plantilla más cara de las 80 que componen la Segunda B, aunque los filiales escapan a la comparación porque dependen de su entidad de origen.

Mientras que en la campaña anterior el Cádiz competía con el Oviedo en cifras dinerarias, el ascenso del conjunto ovetense -a costa del cuadro gaditano- deja a la entidad con sede en el barrio de la Laguna como el gigante de la división de bronce. Y es que el Cádiz casi duplica en presupuesto al segundo club que más dinero maneja, el Hércules (grupo III). El conjunto alicantino, con una previsión que ronda los 2,5 millones de euros, renueva su apuesta por el ascenso con una plantilla más potente de la que la pasada campaña puso en aprietos a la escuadra gaditana en la segunda eliminatoria del play-off. Completa el podio de los más pudientes el Murcia (grupo IV), otro de los históricos que trata de recuperar el sitio perdido con 2 millones de euros encima de la mesa, una cantidad similar -incluso menor- a la que empleará el Racing de Santander (grupo I), que sin renunciar al éxito inmediato tras caer a Segunda B, ha planteado un proyecto con una perspectiva de dos años. Otros recién descendidos como Recreativo de Huelva (IV) y Sabadell (III) aplican drásticos recortes presupuestarios y comparten la quinta posición con sus respectivas partidas situadas en torno a 1,5 millones, que suponen un tercio de las invertidas en el último ejercicio en la división de plata.

Hay una nómina de clubes que se mueve entre el millón y por debajo del millón y medio, como UCAM Murcia (IV), Cartagena (IV), Lleida (III), Atlético Baleares (III) y Alcoyano (III), integrantes del pelotón de aspirantes. Otros se han apretado el cinturón al máximo, como el caso del Jaén (IV) que pasa del millón y medio del curso pasado a la mitad en la nueva campaña. Los hay que con poco se las ingenian para ubicarse con asiduidad en la zona alta de la tabla. El ejemplo más claro es el de la Balona, que con un planteamiento de 400.000 euros es capaz de pelear con los potentados del grupo IV.

La abismal diferencia económica entre el Cádiz y el resto de los clubes añade una sobredosis de presión a la plantilla amarilla, que afronta la exigencia de estar a la altura del presupuesto, y ese significa que debe estar arriba en la tabla. Pero el dinero no asegura el éxito, como tantas veces queda reflejado en el fútbol. No siempre gana el más poderoso, y en el caso del Cádiz, nunca logró el objetivo en los seis años consecutivos que acumula en su tercera etapa en Segunda B. El trabajo bien hecho es más eficaz que el vil metal, como ya demostró el modesto Llagostera, que subió hace un par de temporadas pese a sus escuálidos recursos económicos. O el caso del Éibar, que con sólo 3,5 millones (menos de lo que presupuesta el Cádiz) ascendió a Primera hace dos años. O el Villanovense, que hizo historia al meterse la pasada temporada en la fase de ascenso con sus escasos 300.000 euros.

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