Poco tiene que ver el Cartagena de la actual temporada con el que a punto estuvo de descender a Tercera División la pasada campaña. Lo primero que ha cambiado ha sido la propiedad de un club ahora en manos de un grupo liderado por el empresario murciano Francisco Belmonte. El nuevo presidente, el albaceteño Deseado Flores, es la cara visible de un equipo con aires renovados que pretende acumular méritos para moverse en las alturas del grupo IV.

La plantilla de la entidad departamental, primera visitante del estadio Ramón de Carranza en el campeonato liguero -el próximo sábado-, ha sufrido una profunda renovación con la incorporación de 15 futbolistas que se unen a la media docena que permanece del último ejercicio, entre ellos los ex cadistas Ceballos y Jorge Luque, dos veteranos que llevarán los galones de capitán y tendrá un peso fundamental en el vestuario. Los fichajes son los defensas Ayoze, Mario Sánchez, Moisés García, Gonzalo Verdú, Jesús Álvaro y Candelas; los medios Jon Vidal, Quique Rivero, Álex Jiménez y Pepe Palau y los atacantes Sergio García, Menudo, Cristo Martín, Álvaro Montero y Federico Laens.

El entrenador, Víctor Fernández, también es nuevo en el banquillo de un Cartagena que quiere pasar de la dramática lucha por la permanencia a la ilusionante pelea por una de las cuatro posiciones que dan acceso a la fase de ascenso.

En la jornada inaugural del torneo de la regularidad, el nuevo Cartagena perdió (0-1) en casa ante el recién ascendido Linares después de desperdiciar una decena de oportunidades para conseguir la victoria. Mejor imagen que resultado la de un equipo herido en su orgullo por la derrota que buscará dar la campanada en el estadio Carranza ante un Cádiz que también necesita estrenar su casillero de triunfos después del empate cosechado en el terreno del Recreativo de Huelva.