El mercado de fichajes cierra sus puertas el próximo día 31 y el Cádiz dispone, por tanto, de siete días para hacer movimientos en una plantilla que en principio está cerrada, aunque siempre hay que poner el adverbio casi por delante. El club ya tiene cerrado el cupo de 16 futbolistas mayores de 23 años (después del descarte de Canario, cedido a la Balona la semana pasada), que son Alberto Cifuentes, Juanjo, Servando, Josete, Aridane, Andrés Sánchez, Garrido, Abel Gómez, Mantecón, Salvi, Hugo Rodríguez, Kike Márquez, Álvaro García, Fran Machado, Wilson Cuero y Dani Güiza. En principio no se prevén cambios en ese grupo de 16 salvo sorpresa, un elemento que nunca se puede descartar en el mundo del fútbol.

El club debe decidir esta semana si dar por cerrado el plantel o lo completa con un jugador que tendría que contar con ficha de sub'23. Los menores de esa edad que figuran en el equipo son el portero Pol Ballesté (20 años), los laterales Cristian Márquez (22) y Tomás (21), el medio Alberto Quintana (19) y Lolo Plá (22). Quedaría una plaza libre pero está por ver si la entidad la cubre o no. Si no hay más fichajes, la plantilla de 21 jugadores será la que tire hacia delante al menos hasta la apertura del mercado invernal, al que el club acudirá en el caso de que necesite reforzar alguna línea con vistas a la segunda y definitiva parte de la temporada.

La que sí está abierta seguro es la puerta de salida. El Cádiz tiene pendiente de solución la situación de dos futbolistas con los que no cuenta. Uno de ellos es el cancerbero Guille Lara, fichado el pasado mes de julio pero descartado un mes después tras el aterrizaje de Pol Ballesté. El sanroqueño de 19 años podría salir como cedido o con la carta de libertad, al igual que el canterano José Mari, que tiene contrato con el primer equipo pero no entra en los planes del club. El Cádiz quiere desprenderse del delantero y sólo tiene una semana para darle salida con destino a otro equipo.