"Es Güiza, no el demonio". El cadismo empezaba ayer a analizar con un poco de más frialdad y objetividad la llegada del delantero jerezano. Después de unas horas iniciales en las que aparecieron posturas algo radicales, las aguas vuelven poco a poco a su cauce y lo del internacional, campeón de Europa con la selección en 2008, ya se ve de otra manera, de un color próximo al amarillo.

El fútbol es un gremio muy dado a utilizar aquello de que 'la memoria es débil'. Lejos de esto, la del cadismo es fuerte, y desde que salió el nombre de Güiza como un fichaje casi hecho, el baúl de la ira se desató con una tormenta que va a durar menos de lo esperado. El sol que aparece en la trayectoria de este futbolista está ganando la batalla a las nubes del dolor de una afición que parece abonada a perdonar, aunque no olvide. El Comité de Defensa del Abonado del Cádiz, un órgano que creó el club, se manifiesta claramente en contra de la llegada del ariete.

La conjunción de astros se ha dado para que el ex del Xerez Deportivo, Dos Hermanas, Mallorca B, Mallorca, Recreativo de Huelva, Barcelona B, Ciudad de Murcia, Getafe, Fenerbahçe, Darul Takzim y Cerro Porteño acabe en el Cádiz. Al ver al Ciudad de Murcia en su trayectoria se vuelve a notar la mano de Quique Pina y los Cordero, que siguen echando sobre sus hombros la carga de responsabilidad por un ascenso.

El entorno de la 'operación Güiza' está resultando complejo. Era de esperar. Las redes sociales ardían la noche del lunes, aunque ayer empezaban a decrecer en cuanto a quejas de desaprobación hacia su fichaje. Algunos recordaban el caso de Luis Figo celebrando títulos con el Barça mientras humillaba con sus cánticos al eterno rival, el Real Madrid, en el que terminó jugando idolatrado por el Bernabéu. ¿Por qué no con Güiza?