El Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), integrado por José Mateo Díaz, Arturo Manrique Marín y Carlos González Torres, desestimó ayer el recurso de interpuesto por el Real Oviedo contra la resolución del Juez de Competición, que había dado la razón al Cádiz y dejado sin efecto la segunda cartulina amarilla que Jon Ander Garrido había visto en el encuentro de ida entre el conjunto asturiano y el equipo amarillo disputado el pasado domingo en el estadio Carlos Tartiere por un error en la redacción del acta arbitral.

Apelación decreta la inadmisibilidad del recurso presentado por el Real Oviedo "por falta de legimitidad del recurrente" -del club carbayón en este caso-. La resolución de Apelación supone que Garrido podrá jugar el domingo el decisivo partido de vuelta, en el que se resolverá la eliminatoria, salvo que prospere el último movimiento que le queda al club asturiano. El Real Oviedo, una vez conocida la resolución de Apelación, contraria a sus intereses, anunció de inmediato que presenta un recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte.

Apelación decidió no admitir el recurso interpuesto por el Oviedo y ofreció una explicación jurídica de su rechazo:

"El Real Oviedo SAD plantea en el presente recurso de apelación, ante todo, la cuestión de su legitimación para interponerlo per saltum, es decir, sin haber sido parte en la primera instancia.

Recordemos que el artículo 26 del Código Disciplinario de la RFEF concede a los clubs intervinientes en los encuentros, punto 2, cuando se trate de infracciones cometidas durante el curso del juego, el derecho a formular alegaciones o manifestaciones por quien se crea con interés legítimo para ello.

Ni siquiera la utilización de ese trámite -cosa que el recurrente no hizo- permitiría entender el concepto de legitimación activa más allá de quien haya resultado afectado en sus derechos o intereses concretos e inmediatos, acotaciones que excluyen los supuestos intereses que puedan asistir a quien se estime beneficiado o perjudicado por la sanción impuesta a un tercero, cual es el caso del hoy recurrente.

Cuando el artículo 31 de la Ley 30/92, considera interesados a los titulares de derechos legítimos o que puedan resultar afectados por una decisión de la Administración, está excluyendo los llamados intereses difusos, en los que falta la relación, sin solución de continuidad, entre la decisión y el perjuicio, pues en ese caso, no está en juego el interés del recurrente en que se alinee o no un determinado jugador de su plantilla, sino que se está especulando por otro club que si aquél no se alinea, él sale beneficiado al impedírsele jugar.

No es un interés legítimo, ni directo, sino difuso y especulativo, situado más allá del concepto del artículo 31.

Como dice la doctrina, la legitimación nace de un acto que produce beneficio o perjuicio inmediato, y no basado en cábalas o especulaciones".

El Cádiz, una vez que cumplió su cometido de presentar con rapidez ante Competición un recurso que resultó exitoso, se limitó a señalar ayer que muestra su respeto hacia la decisión de ambos órganos y se declara satisfecho por el éxito conseguido por su área jurídica.

La cartulina amarilla retirada a Jon Ander Garrido por parte del Juez Único de Competición no ha sentado nada bien en el seno del Real Oviedo. De hecho, el representante de Carso -grupo inversor del club carbayón-, Arturo Elías, en declaraciones efectuadas en la Cadena Cope Oviedo, no escondía su enfado y deslizaba que no es normal lo que ha pasado. "No sé como funciona en España, pero nunca había visto un caso similar en México ni en ningún otro país donde estamos involucrados en el fútbol. No sé si es algo normal que se revise algo así y que se permita".

El portavoz del grupo inversor del Oviedo hablaba con segundas. "Es bueno que juegue el Cádiz con sus mejores jugadores, eso no me agobia, pero ojalá que el resto de los 90 minutos que quedan se decidan por lo que hagan los futbolistas".

Lo curioso es que el Real Oviedo muestra su enfado público por algo que el propio club carbayón hizo no hace mucho tiempo, cuando se benefició de una decisión del Juez de Competición la pasada temporada. Y es que la entidad ovetense presentó alegaciones sobre una cartulina roja que vio Diego Cervero en el encuentro contra el Racing de Santander en noviembre de 2013. El acta arbitral recogía que el delantero fue expulsado por "golpear a un adversario con su brazo, con uso de fuerza excesiva, sin estar el balón a distancia de ser jugado". El Oviedo recurrió esa tarjeta con documentación audiovisual para demostrar que lo que el colegiado había redactado en el acta no se correspondía con la realidad.

Sergio Mantecón fue preguntado ayer por la acción que acabó con la expulsión de su compañero Garrido en el Carlos Tartiere. "Es algo que dejé claro después del encuentro cuando lo expliqué en la zona mixta, pero lo voy a repetir. Cervero me hacía daño y estuve gritando, Garrido se dio la vuelta y me apartó. No voy a hablar más del tema y que le retiren la tarjeta es justo porque se ha podido demostrar".