El encuentro de vuelta entre el Cádiz y el Oviedo será más comprometido que el de ida en materia de seguridad. A pesar de que en Carranza caben 10.000 espectadores menos que en el Carlos Tartiere, el hecho de decidirse el ascenso otorga al encuentro mayor trascendencia. Eso, unido a que los responsables de las peñas del club asturiano aseguran que disponen de unas 3.000 localidades, 2.000 más que las enviadas por el Cádiz.

La seguridad está desde ya muy presente en el operativo organizativo y se vienen celebrando reuniones para perfilar diferentes aspectos. Es un hecho que tanto la seguridad pública como la privada será aumentada para este acontecimiento que poblará de personas el Carranza antes, durante y a la finalización del encuentro. Del mismo modo es probable que el duelo sea declarado de 'alto riesgo', al igual que sucedió en la ida.

Uno de los asuntos más complejos en materia de seguridad afecta a la presencia de seguidores ovetenses en el partido. El paquete de localidades enviado por el Cádiz es de 1.000 entradas, si bien desde la capital asturiana ha funcionado la adquisición de localidades vía telefónica -hasta que se anuló la semana pasada este sistema- y la venta directamente de gaditanos de la capital y la provincia. Tan bien le ha ido a la masa social azulona, que la estimación de los responsables de su federación de peñas es que los seguidores poseen unas 3.000 localidades; es decir, que en Carranza se congregará el doble de oviedistas respecto a los cadistas que acudieron al Carlos Tartiere. 3.000 hinchas es una cantidad importante y con la que no se contaba en un principio.

El grueso de la afición visitante -las 1.000 entradas enviadas por el Cádiz- irá a la grada alta de Preferencia, lo habitual en Carranza. Pero los 2.000 seguidores restantes podrían estar repartidos por todas las gradas del recinto, lo que aumenta la dificultad del operativo de seguridad para velar por la buena armonía entre ambas aficiones.